Un pequeño altar en memoria de la joven madrileña “venido a menos” en Asados

Desde que se tuvo conocimiento de la desaparición de Diana Quer cuando en torno a las dos y media de la madrugada del 22 de agosto de 2016 regresaba de las fiestas del Carme dos Pincheiros hacia la casa de veraneo en Cabío, y que compartía con su madre y su hermana, se generó un grandísimo movimiento solidario. Fueron numerosas las personas que de manera anónima se ofrecieron voluntarias para participar en la búsqueda de la joven madrileña.

Ese sentimiento se reprodujo cuando en la última madrugada de 2017 se encontrados sus restos mortales sumergidos en el agua de un aljibe de una nave en desuso en Asados. Un vecino del lugar entregó a la Guardia Civil un ramo de flores, al que se sumaron dos coronas de miembros de la familia y otras flores y velas, algunas de ellas con mensajes conmovedores. Ahora, ese pequeño altar improvisado que se formó delante del portalón del sótano de la nave por el que se sacó el cadáver de Diana Quer, presenta un aspecto descuidado, pues las flores están mustias o secas -excepto unos tulipanes que alguien llevó estos días- y cirios tirados al consumirse la cera. l

Un pequeño altar en memoria de la joven madrileña “venido a menos” en Asados

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