La sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña acoge los días 18 y 18 un juicio por tentativa de homicidio contra un boirense para el que la Fiscalía demanda nueve años de cárcel para un acusado de atropellar a propósito a su excuñado con el objetivo de causarle la muerte. Además, exige que se indemnice al afectado con 88.820 euros por las lesiones y las secuelas que le quedaron a la víctima. El fiscal indica en su escrito de acusación que el sospechoso continuó su marcha cuando comprobó que la víctima se hallaba en el suelo, quieta y ensangrentada. La causa procede del Juzgado de Instrucción número 1 de Ribeira.
Según se recoge en el escrito del Ministerio Fiscal, el procesado, A.S.A. circulaba el 11 de agosto de 2012 con un vehículo por el lugar de Triñanes, en Boiro, cuando intentó, a propósito, atentar contra la vida de su excuñado, R.D.R., al que atropelló intencionadamente cuando este caminaba por la cuneta de esa carretera comarcal, en la que estaba con ocasión de recaudar dinero para las fiestas de Abanqueiro.
El acusado, siempre según el escrito de acusación, pasó a su altura y lo miró fijamente continuando la marcha. Sin embargo, al cabo de diez minutos giró bruscamente el volante hacia el lado en el que se hallaba la víctima, a la que embistió a una velocidad que rondaría los 40 o los 50 kilómetros por hora, alcanzándole de lleno en el costado izquierdo.
A continuación, el procesado se detuvo a diez metros para comprobar, sin apearse del coche, que había conseguido su propósito, ya que la víctima se hallaba en el suelo, quieta y ensangrentada. Fue entonces cuando prosiguió su marcha.
R.D.R. sufrió poli contusiones, fractura de huesos propios, fractura de fémur y enfermedad parenquimatosa en ambos lóbulos inferiores izquierdos, contusión pulmonar y un ictus. Por todo ello recibió tratamiento médico continuado y tratamiento quirúrgico con 429 días de curación.
Como consecuencia del atropello a la víctima le quedaron secuelas como el deterioro de las funciones cerebrales superiores integradas de tipo leve, desestabilización de otros trastornos mentales, limitaciones en la ejecución de tareas laborales complejas y memoria a corto plazo. El fiscal considera estos hechos constitutivos de un delito de homicidio en grado de tentativa por lo que pide 9 años de cárcel.