El CD Boiro se citó en Barraña con el Villalonga de Alberto Mariano. Un derbi en el que no se gritaron goles, a pesar de que los de Tizón fueron muy superiores en los primeros 45 minutos, pero terminaron pagando caro la falta de contundencia.
Además, la segunda parte no levantó ningún entusiasmo en ninguna de las dos aficiones, y es que Barraña despidió el derbi con el empate a cero en el marcador, resultado que no contenta a ninguno de los dos equipos, ya que deja todo en manos de las últimas jornadas, manteniendo al Villalonga como decimoquinto con 33 puntos y un partido menos, y al Boiro como decimotercero con 35 puntos.
El derbi comenzó con el Boiro apretando más en área local, y con Mariano exigiendo más claridad en defensa. La ocasión clara para el Villalonga llegó a los pies de Rachu, en un contragolpe que frenó Pablo Brea con una pierna. Por otro lado, Pedrosa subía por la banda para buscar la llegada por la vía rápida, consiguiendo que el balón acabase en el área visitante con una doble ocasión. Primero, Yaguito se quedó solo ante Rodri Iglesias, pero la defensa logró rechazar el balón, que enganchó Pedrosa para que finalmente el esférico acabase chocando contra Yaguito.
Los de Tizón seguían siendo dueños y señores del partido. Sylla logró provocar una salida precipitada de Rodri, pero este consiguió frenar el ataque. Acto seguido, a Pedrosa le cayó un balón que trató de rematar de cabeza, pero volvió a atrapar Rodri.
A los de Mariano les costaba mucho tener el balón. Rachu volvía a echarse el equipo a las espaldas tras robarle un balón a Álex Rey, pero la recepción para Wachi no llegó a tiempo. La volvía a tener Sylla para el Boiro con una llegada desde la frontal del área, pero Abal consiguió frenarle con una acción por la que los locales pedían penalti.
Yaguito volvía a lucirse en Barraña, generando las mayores ocasiones de peligro para el cuadro local. A pesar de que el Villalonga recolocaba muy rápido las líneas, lo cierto es que los boirenses no daban opción a que sus rivales se enchufaran al partido. El Boiro llegó al descanso perdonando demasiadas ocasiones que dejaron con vida al Villalonga (0-0).
Ante la asoballante primera mitad de los de Tizón, Alberto Mariano comenzó a mover el banquillo, dando entrada a Josiño y Dieguito, esperando así más dinamismo. Como no podía ser de otra manera, Yaguito volvía a ser el personaje principal de un Boiro que movía el balón a su antojo. Una recuperación de Rachu fue la primera ocasión de peligro del Villalonga en la segunda parte, filtrando para que Jesús pudiese disparar desde fuera del área, pero el tiro se fue cruzado. Los de Mariano parecían vivir su mejor momento del partido.
El derbi comenzaba a perder el sabor que dejó en el primer tiempo. Los de Tizón no lograban mantener la intensidad de la primera mitad, por lo que el entrenador hizo sus primeros cambios para dar paso a Piñeiro y Saro por Sylla y Yosi. La calma del partido parecía beneficiar al Villalonga, a pesar de que tampoco encontraban cómo materializar.
Las malas noticias para los locales llegaron en el 70, cuando Pedrosa tuvo que ser sustituido por Regueiro ante una posible lesión. Lo más cerca que estuvo el Boiro de encontrar su premio fue un disparo lejano de Álex Rey que tocó el palo.
Ninguno de los dos equipos dejaba ocasiones reseñables durante la segunda mitad, a pesar de que los visitantes parecían estar un punto por encima. Los de Tizón apostaban por los centros, pero no le salían las cosas. En los últimos minutos, terminaron sufriendo en defensa, con una final intervención de Brea que salvó que los de Alberto Mariano se pudiesen llevar los tres puntos a casa. A pesar de que ambos lo intentaban, ninguno materializaba.
El Boiro no encontraba a nadie que llegase a rematar, y el Villalonga carecía de acierto en el tiro a portería, por lo que Mariano decidió en los últimos minutos seguir haciendo cambios, dando paso a Roi y Iago Portasz para así intentar generar un poco más en ataque, descansando en los últimos minutos Marcos Blanco, y es que los celestes todavía tienen que disputar un partido en San Pedro, el aplazado ante el ya descendido Betanzos.