La fase de ascenso disputada en Vilagarcía supone un antes y un después para el Mariscos Antón Cortegada. Tras finalizar su participación en la fase, y sin casi tiempo para asimilar lo conseguido, el club trasladó a Álvaro Fernández que de cara a la próxima temporada habrá que hacer un ajuste de presupuesto que sería incompatible con tener un entrenador de fuera. 

“No sé qué va a pasar en el futuro. Lo que el club me manifestó el último día de la fase fue que el reajuste sería incompatible con un técnico de fuera”, explica Álvaro Fernández. “Siempre voy a estar agradecido con el Cortegada. Al final son las jugadoras las que meten las canastas, el staff tratamos de molestar lo menos posible, pero nos hemos vaciado en cuanto a nivel de trabajo y horas dedicadas”, recalca el catalán. 

La estadística alaba el trabajo de Álvaro Fernández y, en esta campaña, el de Damián Pujales, junto con las jugadoras, y es que el Mariscos Antón Cortegada logró en un año y media la friolera de 28 victorias, pasando de un porcentaje de un 45% de victorias, a un 65%. Así, la valoración de la fase desde el banquillo es muy positiva. 

“Para el 80% era la primera vez en una fase. Los nervios y la tensión nos condicionaron porque tuvimos un porcentaje de triples y de tiros libres muy bajo y no suele ser así”, lamenta Fernández. “El equipo se puso el mono de trabajo y al final, se decidió por muy poco,  estuvimos más cerca de lo que se piensa, pero conseguir el billete a Challenge nunca fue el objetivo”, dice el entrenador. 

“Nos hubiese gustado ganar más partidos, pero es un paso gigante para esta generación de jugadoras y para el club”, recalca. Lo cierto, es que la falta de rotación también salió cara al Cortegada. 

“Fisicamente, el trabajo de Damián ha sido impecable, pero con una rotación corta entra en juego la parte mental, porque las jugadoras sienten la presión de que no pueden fallar porque no hay más opciones. Desde el banquillo poco podemos hacer”, comenta. “Estamos muy agradecidos con toda la gente, el apoyo y vivir esto en casa ha sido increíble”, concluye Álvaro.