El Boiro logró un triunfo vital ayer en A Malata ante el Rácing de Ferrol con el que sale de puestos de descenso directo, ocupando el de promoción, y le permite llegar a la última jornada dependiendo de sí mismo para salvarse. El gol de Rubén Rivera al inicio de la segunda parte significa que si el Boiro gana en la última jornada al Burgos en Barraña seguirá en Segunda B. La necesidad de la escuadra del Barbanza lo aupó a un triunfo para el que el cuadro verde, en cambio, sí hizo méritos. Sin embargo, su falta de puntería ante la portería rival y un error del que el cuadro visitante sacó máximo rendimiento hizo que los puntos planeasen al bolsillo de los de Fredi Álvarez.
Como si los objetivos que tanto Racing como Boiro buscaban –la clasificación para la próxima edición de la Copa del Rey y la permanencia, respectivamente– no fuesen lo suficientemente importantes, ambos equipos saltaron al terreno de juego con el freno de mano puesto. Nada de arriesgar en exceso a la hora de buscar la portería rival, sino que mejor mantenerse seguro en la parcela defensiva propia que lanzarse de manera desaforada hacia la portería contraria y pagar caro un descuido.
Por eso el partido se pasó muchos minutos sin que se registrasen unas ocasiones de gol que solo llegaron en el tramo final del primer período. La primera fue la más clara para el Racing, cuando Joselu se quedó solo ante el portero rival para mandar su disparo por encima de la portería visitante. Pero enfrente, primero Rubén Rivera y, sobre todo, después Juampa, autor de un disparo que se estrelló en el poste de la portería rival, dieron cuenta de unas intenciones del Boiro, que tendrían que esperar a la segunda parte para concretarse.
Resolución
El tanto que el Boiro había venido a buscar a Ferrol llegó nada más empezar la segunda parte, cuando Rubén Rivera se aprovechó de una mala cesión a Mackay para adelantarse al portero, sortearlo y marcar a puerta vacía. El gol visitante redobló su apuesta por mantenerse firme en su parcela defensiva y obligó al Racing a subir líneas en busca de un empate que, incluso a esas alturas del partido, sería lo único necesario para garantizar su presencia en la Copa del Rey de la temporada que viene.
Los cambios realizados por el Racing refrescaron sus ganas de ganar, pero las ocasiones en las que eso se tradujo no llegaron a ser demasiado claras. Al contrario, un golpe franco lanzado por Dani Benítez, un cabezazo de Mendi o una colada de Maceira no llegaron a crear peligro auténtico ante la portería de un Boiro que, por contra, se aprovechó de las impreciones de su rival –reflejadas en pérdidas de balón cerca de su portería– para amenazar con otro tanto.
A pesar de que el Racing siguió insistiendo en busca de la portería contraria –un cabezazo al larguero de Mendi tras un saque de esquina fue su mejor ocasión– y el Boiro trató de mantener resguardada su portería, lo cierto es que el marcador no estuvo ni cerca de moverse. Incluso el cuadro verde acabó el partido en inferioridad numérica después de que los problemas físicos de Sergio de Paz lo llevasen a abandonar el terreno de juego a menos de diez minutos para el final. Pero lo que se dice estar cerca de la portería contraria, nada de nada –un golpe franco botado por Dani Benítez se fue directamente a las manos de “Pato” Guillén-. Así que el encuentro terminó con un resultado para dibujar un triste final de una temporada complicada local y da esperanzas al Boiro.