Jose Luis Lemos no continúa como entrenador del Arosa la próxima temporada. Así lo decidió el club que preside Manolo Abalo que, tras casi cuatro semanas de “stand by” desde que acabó la liga, ha anunciado en apenas 24 horas la salida del director deportivo Dani Abalo y del último de los tres entrenadores que tuvo el primer equipo la presente campaña, en la que acabó sexto en liga y fuera de los puestos de play-off. El técnico santiagués afincado en A Coruña habla de su salida del Arosa, muy decepcionado con las personas que dirigen la entidad.
¿Cuando le comunican que no continúa como entrenador del Arosa?
Pues recibí hoy una llamada telefónica del presidente diciéndome que la comisión deportiva se había reunido y creían que no debía continuar, que me agradecía el esfuerzo de haber ido en el momento en el que fui y que me daba un abrazo.
¿Ya lo esperaba?
Sí. Eso es lo peor. La forma de trabajar de las personas que están en el club. Acabamos la liga el 11 de mayo y tuve la primera conversación con el presidente hoy que es 6 de junio, la cual duró un minuto. Estaba claro que esto iba a acabar así para mí.
¿Está decepcionado?
Por no continuar, no. Me lo esperaba. Por el club, sí, estoy muy decepcionado. Es lo peor que viví como entrenador en todos los clubes en los que he estado. Es una forma de hacer las cosas muy poco profesional y de andar por casa y este club se merece mucho más por todo lo que conlleva llevar este nombre por ahí.
¿A qué se refiere?
No me gusta la mentira y con el tiempo me doy cuenta que hasta para firmar me mintieron. Me dijeron que no podían darme un año más, que esa era mi idea, porque si el equipo no entraba en el play-off Manolo Abalo se iba, y él no quería dejar un entrenador firmado para al año siguiente. Y después lo vi pelear con uñas y dientes por continuar en la presidencia y prescindir de mí. A partir de ahí prácticamente no tuve ninguna relación con él en mi etapa en el club, que fue muy corta. No hubo ningún tipo de reunión ni intercambio de información deportiva. Y tampoco apenas interés a nivel personal, ya que he hecho un esfuerzo que muy poca gente sabe por devolverle un poco la alegría a esta gente. En definitiva, te das cuenta que no hay ningún tipo de feeling.
¿Por qué cree que le ficharon entonces?
Pues visto lo visto entiendo que por pura desesperación, no por una apuesta clara en un proyecto ni estilo ni conocimiento de cómo trabajo y son mis equipos. Yo era una persona que estaba vetada en el club y es algo que hablamos también cuando nos sentamos. En el Arosa pesan temas personales más que los profesionales. No me arrepiento de haber venido en estas circunstancias, es cierto que me pudo más el corazón que la cabeza
Vino para catorce partidos, avalado por sus ascensos con el Boiro y Bergantiños, pero al final sólo fueron ocho. ¿Qué análisis hace de lo ocurrido?
Yo creo que el análisis que hay que hacer debería ser muy profundo por parte del club. Yo escucho hablar de mala suerte, de que todo nos sale mal....pero no hay un análisis futbolístico que es por lo que me pagan, para que explique la razón de que una plantilla confeccionada por y para ascender y que quiere ser profesional, aunque la profesionalidad no va en los horarios de entrenamiento, ni en estas cosas… Por lo que yo detecté este es un club con poca exigencia hacia el futbolista, donde se está bastante cómodo y eso se percibe e influye en el rendimiento. Pero en todo caso es un análisis que tendrán que hacer los que vengan ahora.
El hecho de que Rubén Abal forme parte de la agencia que le representa, ¿cree que influye en que prescindan de sus servicios ahora?
Pues no lo sé. Cuando me llamó el Arosa, Rubén me dijo que no iba a venir a la reunión porque no iba a ayudar, ya que no tenía buena relación con Manolo, y cerramos el acuerdo sin estar él. En mi presentación sí estuvo en el club e incluso nos hicimos una foto con la camiseta en las oficinas a unos metros del presidente. Al acabar la liga me llamó para decirme que iba a intentar dar un paso al frente tras la palabras de Manolo de que estaba pensando en dejarlo. Rubén me dijo que era algo que a mí me podía perjudicar, pero le dije que era libre de tomar sus decisiones y me mantuve al margen de todo. A mí nadie me dijo que esto influyó, pero posiblemente esté en el trasfondo de toda esta historia.
¿Con qué impresión se marcha?
Pues con una sensación fea. Creo que lo mejor del Arosa está en las gradas. En esa masa social y como lo vive la gente. En ese apoyo que incluso notamos cuando intentábamos entrar en el play-off a última hora. Pero después te das cuenta que dentro el club es muy arcaico, con poca iniciativa y que hace las cosas muy a la antigua. Con una sensación de tristeza y negatividad. En ese sentido sí fue decepcionante. Creo que es un club que con un organigrama, un plan y las personas correctas puede volver a ser un top en la comunidad .
La tristeza sería porque los resultados no acompañaban...
Cuando peleas por un objetivo como entrar en el play-off, por muy difícil que esté, que con el tiempo vimos que no era tan difícil, no se trasmite ilusión, sino un discurso pesimista y sin liderazgo. Con el presidente no sé si hablaría tres veces en mes y medio y siempre alicaído y pesimista. Son situaciones que nunca había vivido. En el fútbol a veces estás fastidiado, pero como entrenador tienes que levantarte al día siguiente, dar la cara y liderar. Decir las cosas a la cara o maquillarlas si lo crees oportuno, pero no puedes estar siempre dando la sensación de estar al borde del colapso o dando lástima por que es algo que se trasmite al jugador y luego es muy difícil darle la vuelta.
¿Con qué otras cosas positivas se queda?
Pues con el descubrimiento a nivel personal de Dani Abalo. No lo conocía. Me quedo con su humildad para reconocer que las cosas no salieron bien pese a que confeccionó una buena plantilla. Me llevo esa relación mano a mano que tuvimos en el día a día, por como lo vivía y lo sufría, creo que tuvimos muy buen feeling y entendemos el fútbol de una forma parecida. Creo que la gente del cuerpo técnico estaba muy implicada y es muy trabajadora. Y me queda la pena de los juveniles, que los pude ver en varios partidos cuando trabajé con ellos y vi que hay potencial. Jugaron en un momento complicado ante el Viveiro, cuando buscábamos una catarsis y darles el foco que también se merecían, y rindieron muy bien.
¿Por qué lo lamenta?
Porque me hubiese gustado contar más con ellos, pero al entrenar por la mañana muchos no podían venir por sus obligaciones de estudios y también se estaban jugando mucho con el equipo en División de Honor, y no quería perjudicar al equipo juvenil. Además de los que jugaron ante el Viveiro, me hubiese gustado tener conmigo todas esas semanas a Sindo y André.
¿Le gustaría volver en el futuro al Arosa?
Yo voy a volver siempre que pueda, me he sentido muy querido y valorado en un mes que ha sido durísimo. Sé que la afición del Arosa es exigente pero también detecté que cuando les das algo por muy poco que sea, van a muerte. Las puertas de los clubes las cierran personas pero a esas personas también se las cierro yo. Si algún día en el club hay otras personas y quieren contar conmigo, ahí estaré.