El juicio que se sigue por la caída del utillero del Arosa desde la grada de preferencia dio ayer un paso casi definitivo con la delcaración en la sala del operario municipal que subió a José Manuel García Bello a la cubierta.
Su testimonio, que fue desestimado en un primer momento, se ha convertido en un elemento clave del litigio con la finalidad de comprobar si este trabajador realizó esa acción por mandato del Concello o únicamente por una cuestión personal.
Durante la comparecencia, el Concello de Vilagarcía expuso que el funcionario es un trabajador del Ayuntamiento, aunque adscrito a la Fundación de Deportes.
Sin embargo, el hombre respondió a las preguntas que le realizaron al respecto reafirmándose en que es un trabajador del Concello de Vilagarcía y que ese día cuando subió al utillero del Arosa a la cubierta seguía las directrices de la concejala de Deportes, que por aquel entonces era Elena Suárez.
Remarcó en este sentido que la concejala no le dio la orden directa de subir al utillero al tejado de la grada, sino que tenía instrucciones de antemano en las que deberìa tener total disposición para realizar trabajos para el Arosa, motivo por el que empleó la maquinaria para subir a José Manuel García Bello, que se cayó al vacío al ceder una de las uralitas.
El juicio por este accidente quedará listo para sentencia en el momento en el que se resuelva un informe del fiscal sobre la competencia del caso, tras una alegación presentada por el Concello de Vilagarcía, que entiende que debe resolverse por la vía administrativa.
Como consecuencia de esta caída se abrió un proceso judicial que ahora termina y que después de meses de litigios podría concluir con el pago de una indemnización que ronda los 200.000 euros. Ahora de lo que se trata es de dirimir quién debe pagar esa cantidad si únicamente el Arosa o repartirla con el Concello de Vilagarcía como responsable subsidiario. Esta es la vía que defiende el abogado de la entidad arlequinada, quien confía en tener una sentencia favorable antes de agosto.