Medio siglo después, siguen manteniendo en el recuerdo los años en los que la vida discurría tras las ventanas del aula. Aquellas niñas que no sabían aún que añorarían el colegio Filipenses se volvieron a reunir ahora, convertidas ya muchas en abuelas.
Asistieron un total de 40 a una comida en A Gamela, en Vilanova, donde compartieron charla, momentos de diversión, recuerdos y muchas anécdotas. Porque siempre hay una razón para reunirse.