La Plataforma en Defensa da Ría de Arousa, así como representantes de cofradías y de entidades del mar han presentado un escrito ante el Ministerio de Transición Ecológica en el que exigen –entre otras cuestiones– la clausura del denominado punto de vertido de Sálvora en el que se depositan de forma oficial y desde el año 1998 los restos de los dragados portuarios. El presidente de la PDRA, Xaquín Rubido, y patrones arousanos argumentaron con datos que hay evidencias “amparadas por cifras e por informes” que apuntan a que los fangos depositados a lo largo de los años en ese punto de Sálvora han migrado hacia la Ría de Arousa. “Non o dicimos nós, dino os informes. As correntes de fondo nese punto así o indican. Entran á Ría”, explicó Rubido.
El patrón de A Illa, Juan José Rial Millán, fue el que dio datos más concretos amparándose en los estudios del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex). “Segundo eses informes ata o ano 2025 vertéronse 3.804.630 metros cúbicos e ata o ano 2016 os vertidos foron de 3.570.489 metros cúbricos. É dicir, o 93,8% do total vertido ata o ano 2025 xa estaba depositado en 2016. Iso quere dicir, tamén por como son as correntes, que o que falta a algún lado foi dar e foi dar á Ría de Arousa”. Entienden que alrededor del 46,8% de los granulados más ligeros que se vertieron en Sálvora acabaron en aguas arousanas.
Ni a la plataforma ecologista ni a los responsables del sector del mar les convence tampoco la alternativa B que se está manejando a día de hoy y que mantiene en suspenso un total de 16 dragados portuarios en las Rías Baixas. Creen que no está probado que esa zona B “non teña efectos negativos significativos sobre a calidade do medio mariño ou outros usos lexítimos do mar da Ría de Arousa, polo que debería emitirse informe desfavorable de compatibilidade”.
El sector del mar entiende que la Ría de Arousa no debe “soportar” las consecuencias de dragados de otros puntos de la costa gallega. “Cada quen que trate a súa merda”, declaró el patrón insular que añadió que “estamos matando a Ría”.
El sector propone, de hecho, que se declare la denominada Zona A como punto de vertido, pero solo para “aqueles dragados que son nosos, da Ría de Arousa”. Además añaden que “é de sentido común que o que se debe é optar por inmobilizar en terra os dragados portuarios que posúan contaminantes persistentes que poidan introducirse e acumularse na cadea trófica”. Advierten en este sentido que “é algo que xa se está facendo noutros sitios e que non parece fóra da realidade”.
Lamentan que el hecho de que se opte tanto por el punto de vertido de Sálvora como, posiblemente, por la denominada alternativa A se hace por “criterios economicistas, pola proximidade que hai por exemplo ao Porto de Vilagarcía”. Señalan en este sentido que “está claro que camiñamos hacia a unha electrificación da mobilidade marítima e que máis distancia non vai supoñer maior contaminación”.
La PDRA echa la vista atrás y manifiesta que cuando se autorizó el punto de vertido de Sálvora en el año 1998 por parte del Ministerio de Fomento ni el expediente fue sometido a exposición pública ni fue “avalado por informes ambientais de consulta pública”. Además recuerdan que en ese momento ninguno de los archipiélagos arousanos estaba protegido, dado que todavía no se declarara el Parque Nacional das Illas Atlánticas “nin tampouco se designara o espazo mariño das Rías Baixas de Galicia como Zona Especial de Protección de Aves”.
Con la situación de la Ría de Arousa ya en estado crítico desde hace años y con una bajada de la productividad destacada tal y como apuntan los datos oficiales desde la PDRA advierten que apostar por seguir vertiendo en Sálvora y también en la alternativa B que está sobre la mesa es seguir castigando a los sectores vinculados al mar.
El colectivo y los patrones también lamentan que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) en ningún momento les informara ni les considerara “parte interesada”, algo que denuncian porque “conculca” su derecho a la participación. Entienden que son un sector directamente afectado y que, por lo tanto, su opinión debería ser escuchada.