El Céltiga tratará de resolver este sábado la primera eliminatoria de play-off de ascenso ante el Lalín, después de su triunfo por 0-2 en la ida en el Anxo Cortizo. El partido se juega a las 19 horas en A Lomba, en Vilagarcía, al estar el Salvador Otero ocupado el fin de semana con la celebración de la Illa Cup.
Para muchos integrantes del club rojiblanco jugar en A Lomba será como hacerlo en casa. Diez jugadores de la plantilla del Céltiga son de la capital arousana y un total de doce, además del propio entrenador Luis Carro, tienen pasado en el Arosa. El caso más significativo es el de Julio Rey, excapitán arlequinado, que vuelve al campo donde ha jugado en más un centenar de veces en partidos oficiales.
¿Hace ilusión volver a jugar en A Lomba?
Sí, claro. La verdad es que volver a jugar aquí de esta forma es algo que no esperaba, pero claro que hace ilusión. Me hubiese gustado jugar este partido en A Illa, pero de todas las alternativas posibles, esta es la que más me gusta.
Desde que tuviste que dejar el Arosa será la primera vez...
Sí. Este año fui a ver un par de partidos al campo, los que pude. Me hubiera gustado ver más, pero al coincidir con los partidos del Céltiga fue difícil.
¿Hasta qué punto os trastoca jugar la vuelta de un play-off como locales en un campo que no es el vuestro?
Va a ser extraño. Todos queríamos jugar en nuestro campo, donde lo llevamos haciendo toda la temporada, pero el equipo lo ve con buenos ojos porque A Lomba por dimensiones y estado del terreno de juego, que está mejorado, nos favorece bastante.
Tras el 0-2, ¿aún hay eliminatoria?
Claro. No hay nada resuelto, ni mucho menos. Es un resultado apretado y la experiencia me dice que en fútbol todo puede cambiar: un gol tempranero, una expulsión, un gol al final...Tenemos que salir con la misma mentalidad que en la ida. Esa ventaja de dos goles no es tan importante como parece, en caso de empate hay prórroga y penaltis, a diferencia de otros play-offs en los que el mejor clasificado sigue adelante si hay igualdad tras la prórroga.
¿Cómo llega al equipo a estas eliminatorias?
Yo creo que muy bien. Todos queríamos ser campeones, pero tuvimos algún partido que se nos escapó y hay que tener en cuenta que el Barco era un equipo hecho para ascender. Lo peleamos hasta la última jornada y no nos dejamos ir, por eso llegamos bien al play-off.
¿Se moviliza la afición del Céltiga?
Evidentemente no es una afición tan numerosa como la del Arosa, pero es cierto que en A Illa los jugadores que llevan más tiempo dicen que estos últimos años está viniendo más gente. Además también vienen de Vilagarcía porque somos muchos de aquí.
¿Cómo ves el Arosa desde la distancia?
Pues no sabría que decirte. Me da la impresión de que lo que se construyó años atrás se está tirando. Noto cierta división en la afición. Lo que caracterizaba al club es que todos iban a una y me da la sensación que ahora mismo parece que no es así. Sé que fue una temporada difícil para los jugadores, pero a veces las cosas no se dan como uno quiere.
No todo el mundo es capaz de rendir al máximo en A Lomba como local, donde hay muchos ojos mirando...
Eso es verdad. Pero eso siempre se supo. Muchos jugadores cuando llegaron no fueron capaces de encontrar su sitio o se esperaban otra cosa, por lo que se ven superados. Pero también creo que hay chavales a los que le das la oportunidad y responden, como el juvenil Pedro Bouzada. Al igual que en su día apostaron por mí, deberían hacerlo también por más gente de la casa y mezclarlos con fichajes del calibre que hicieron este año, porque a principio de temporada todos estábamos de acuerdo que era un plantillón, no recuerdo a nadie decir lo contrario.
¿Te ves reflejado en Bouzada?
Pues sí porque hay bastantes similitudes. Ambos volvimos al Arosa tras estar en el Celta, jugamos en el primer equipo y nos llegó la oportunidad de fichar aún siendo juveniles en otro club de Primera. En mi caso el Espanyol y en el suyo el Sevilla. De hecho le escribí y lo hablé estos días con él.
¿Le diste algún consejo?
Sí, que se borrase Twitter (risas).