Dos representantes de la Federación Española de Fútbol, acompañados por Rafael Louzán, presidente de la Federación Gallega, pasaron revista los últimos días a los campos de Baltar (Portonovo), Burgáns (Cambados) y A Senra (Ribadumia) para evaluar la posibilidad de que sean subsedes del Campeonato del Mundo de fútbol 2030 que se celebrará en España, Portugal y Marruecos, y que también albergará sus primeros partidos en Sudamérica.
La propuesta de la federación autonómica incluye campos que serían de entrenamiento y están distribuídos por toda Galicia, todos de césped natural, debido a la candidatura de Riazor y Balaídos como sedes de los partidos del Mundial.
La gran concentración de terrenos de juego de hierba natural en O Salnés, su capacidad hotelera, un entorno envidiable y tranquilo y su cercanía con los aeropuertos de Santiago y Vigo y con el norte de Portugal, donde se da por hecho que Oporto será una sede segura, convierten a la comarca arousana en un lugar muy a tener en cuenta para acoger a alguna de las selecciones participantes, independientemente del número de sedes que finalmente tenga Galicia.
Cierto es que entre las propuestas de la Federación Gallega también figura la ciudad deportiva del RC Celta, Afouteza, en Mos, equipada ya con todo lo que demanda un equipo profesional para establecer su cuartel general durante las semanas de concentración de un Mundial.
A Toxa y el campeón del Mundial 82
En el único Mundial que acogió España hasta el momento, en el año 1982, Balaídos y Riazor fueron las sedes del grupo A, en el que quedaron encuadradas Camerún, Italia, Polonia y Perú. La selección “azzurra” sería campeona del Mundo y Polonia terminaría tercera. Si hace más de cuarenta años el Mundial fue todo un acontecimiento para Galicia y generó un gran retorno económico, en la actualidad su impacto y sus cifras se multiplicarían, ya que el fútbol ha alcanzado una dimensión global a la que no se le acerca ningún fenómeno de masas.
En 1982 Italia estableció su cuartel general en el Parador Nacional de Pontevedra, realizando sus entrenamientos en Pasarón. Previo al Mundial jugó un amistoso en Braga y disputó sus tres partidos de la fase de grupos en Balaídos. En aquella ocasión O Salnés, concretamente A Toxa, fue uno de los destinos habituales que visitó la selección italiana para relajarse durante su estancia en la provincia.
En la actualidad las selecciones eluden instalarse en ciudades durante los grandes eventos (Eurocopas y Mundiales), ya que los núcleos urbanos no suelen ser del agrado para estas concentraciones, donde se buscan sitios tranquilos y con hoteles de máxima calidad. De ahí que complejos deportivos como A Senra o Baltar sean perfectos, siempre y cuando efectúen los pertinentes proyectos de reforma para cumplir con las demandas de las selecciones.
Volviendo al Mundial 82, Polonia estableció su lugar de concentración en Oleiros, ejercitándose en los campos coruñeses de Santa Cruz y Carral. Perú se instaló en el Pazo de Mariñán (Bergondo) y se entrenó en los campos de O Monte del San Tirso y Betanzos. Cuando se desplazaron a Vigo para medirse a Italia, los peruanos se hospedaron en el Parador de Baiona. Mientras que Camerún estuvo en el Hotel Rias Altas de Santa Cristina (Oleiros) y realizó sus entrenamientos en la Ciudad Deportiva de A Torre (A Coruña).
En el Mundial 2030 participarán 48 selecciones, el doble que en España 1982, por lo que habrá 12 grupos y un mayor número de sedes. Galicia puja fuerte, con los estadios de Riazor y Balaídos como estandartes. La Federación Gallega quiere hacer partícipe a todo el territorio de este acontecimiento tan especial, por eso ha propuesto campos de entrenamiento en las cuatro provincias, que durante toda esta semana están visitando los técnicos de la RFEF. En la de Pontevedra, además de los tres de O Salnés y Afouteza, también figuran Pasarón y Pardellas (Ponteareas). En la provincia de Ourense, O Couto. En la de Lugo, el Anxo Carro y A Magdalena (Vilalba). Y en la de A Coruña, A Malata (Ferrol), Abegondo, Ponte dos Brozos (Arteixo), Vista Alegre (Ordes) y Verónica Boquete (Santiago).