Más allá del banco: financiación alternativa como clave para la competitividad de las pymes

Más allá del banco: financiación alternativa como clave para la competitividad de las pymes
InterAsesoria abril

En un entorno internacional marcado por la ralentización económica de Alemania, la reactivación de políticas proteccionistas desde EE. UU., y los desafíos estructurales de Europa, las pequeñas y medianas empresas se ven obligadas a buscar nuevas vías para mantener su competitividad. En este escenario, la financiación no bancaria emerge como una herramienta clave, especialmente para aquellas pymes de sectores vulnerables que encuentran cada vez más barreras para acceder al crédito tradicional.


El Bundesbank ha alertado sobre los retos que enfrenta la banca europea, entre los que destacan la baja rentabilidad, la presión regulatoria y la competencia de nuevas plataformas digitales. Todo ello se traduce en una mayor restricción del crédito, especialmente en aquellas actividades consideradas de mayor riesgo o con menor volumen de negocio, lo que deja a muchas pymes en una situación de clara desventaja.


¿Qué entendemos por financiación no bancaria? La financiación no bancaria engloba todas aquellas fuentes de financiación ajenas a los bancos tradicionales, como:

 

  • Plataformas de crowdlending (préstamos entre particulares o empresas).
  • Financiación participativa o equity crowdfunding.
  • Factoring no bancario.
  • Fondos de inversión privados y capital riesgo.
  • Fintech y soluciones de crédito digital.

 

Este tipo de financiación ofrece a las empresas mayor agilidad, menos requisitos y productos financieros a menudo diseñados para necesidades muy específicas. Frente a la rigidez del sistema bancario, las soluciones no bancarias se adaptan mejor a realidades cambiantes y a perfiles de riesgo menos convencionales.


En este contexto actual, las pymes están especialmente expuestas, puesto que las pequeñas y medianas empresas, que representan la columna vertebral del tejido productivo no solo español si no europeo, son las que más sufren las restricciones actuales del crédito bancario. Sectores como el comercio minorista, la hostelería, la construcción o ciertos servicios profesionales encuentran dificultades crecientes para acceder a financiación, especialmente si no cuentan con un largo historial crediticio o con activos que puedan servir de garantía.

 

Frente a la rigidez del sistema bancario, las otras soluciones se adaptan mejor a realidades cambiantes y a perfiles de riesgo menos convencionales


En este contexto, la financiación no bancaria se convierte en una palanca estratégica para desbloquear inversiones, mantener la liquidez y financiar procesos clave como la digitalización o la expansión internacional.


Es evidente que nos encontramos en un nuevo ciclo, para el que es necesario plantear nuevas estrategias que nos permitan adaptarnos o la otra opción va ser desaparecer. Ante un panorama global que no parece encaminado a la estabilidad —con políticas proteccionistas en ascenso, fragmentación geopolítica y una Europa que debe afrontar reformas estructurales—, las pymes europeas necesitan actuar con visión estratégica. Algunas medidas clave son:

 

  • Diversificar los mercados de exportación, para reducir la dependencia de economías en crisis o mercados inestables.
  • Explorar alternativas de financiación no bancaria, accediendo a recursos financieros flexibles y adaptados a sus necesidades.
  • Apostar por sectores estratégicos como la digitalización, la eficiencia energética o las infraestructuras, que concentran gran parte de las inversiones europeas a medio plazo.

 

Estas estrategias no solo refuerzan la posición financiera de la empresa, sino que mejoran su capacidad de adaptación y su atractivo ante inversores, socios y clientes.

 

Frente a la rigidez del sistema bancario, las otras soluciones se adaptan mejor a realidades cambiantes y a perfiles de riesgo menos convencionales


La financiación no bancaria ya no es solo una alternativa para momentos de dificultad, sino una vía necesaria para dotar de resiliencia al tejido empresarial europeo. En un entorno donde la banca tradicional se vuelve más exigente, y las condiciones económicas generales no favorecen el crecimiento, explorar nuevas fórmulas de financiación es más que una opción: es una necesidad estratégica.


Apostar por esta vía permite a las pymes ganar autonomía, reducir riesgos y prepararse mejor para afrontar los retos del presente y del futuro.


*Noelia Puceiro es la directora de INTER Asesoría

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