El que fue párroco de Abanqueiro durante las tres últimas décadas -también estuvo en Bealo y Cespón-, Reinerio Vilaboa Quintillán, al que todos llamaban "Don José", falleció en la tarde del lunes a la edad de 85 años. Fue en torno a las ocho y media de la tarde cuando a los feligreses que habían acudido a la misa de las 20.30 horas les extrañó e incluso les asustó el hecho de que no acudiera a oficiar esa ceremonia, por lo que fueron a buscarlo a su domicilio en el casco urbano boirense, donde lo encontraron tirado en el suelo y estaba muerto, posiblemente tras llevar un golpe en la cabeza.
Al lugar acudió posteriormente un médico, que certificó el fallecimiento y, a continuación, sus restos mortales fueron llevados al tanatorio Santa Eulalia de Boiro, gestionado por Pompas Fúnebres Europeas, en donde permanecieron hasta que a las diez y media de esta mañana se instaló la capilla ardiente en la iglesia parroquia de San Cristóbal de Abanqueiro, que está recibiendo a un buen número de personas. En ese mismo templo en que los curas Marcelino Barros Redondo y Juan Carlos Martínez Mariño, párrocos en Santa María do Castro y en San Vicente de Cespón, respectivamente, acaban de concelebrar una misa, y donde está previsto que a las siete de esta tarde sea el arzobispo de Santiago, Francisco José Fernández Prieto, quien oficie el funeral y, a continuación, sus restos mortales serán trasladados hasta la parroquia estradense de San Xurxo de Codeseda, en cuyo cementerio parroquial serán enterrados.