A la procura de la protección de San Cristóbal

A la procura de la protección de San Cristóbal
Ribeira celebró ayer la festividad de San Cristóbal con varios actos | Chechu Río

El ruido ensordecedor de las bocinas de coches, camiones y motocicletas en Ribeira hizo recordar ayer, a quien no lo supiese, que se celebraba la festividad de los conductores, San Cristóbal, recuperada hace unos años por Alfaia después de cuatro décadas. El ambiente festivo se dejó sentir desde las diez de la mañana con la concentración de vehículos en el Malecón, a la que siguió una actuación del grupo de gaitas Tahúme, que al mediodía dio paso a la celebración de la misa solemne en la iglesia parroquial de Santa Uxía en memoria de los fallecidos en accidentes de tráfico, en especial a los camioneros, después de que en la anterior edición se recordó a motoristas de la localidad que perdieron la vida en la carretera.

A su remate, hubo una ofrenda homenaje en el atrio, donde estaban aparcadas 60 motos de Os Reventapistóns, que fueron las que encabezaron el posterior desfile hasta el relleno portuario, donde tuvo lugar la bendición. Allí tomó la palabra el alcalde, quien subrayó que honrar a San Cristóbal no es sólo una obligación de los creyentes “senón de todos aqueles que día a día, co seu traballo, enfróntanse a estrada, eses profesionais dos servizos públicos, do transporte e eses veciños que a través de asociacións se unen para disfrutar da súa afección pola moto e todos os veciños en xeral”. Manuel Ruiz indicó que no se puede olvidar que en Ribeira hay 17.000 vehículos “e eso quere dicir que diariamente nos podemos enfrontar a un problema coa estrada”, por lo que este es un “día de adoración a San Cristóbal, santo que nos protexe”. Seguidamente dio paso al cura para dar la bendición “que nos faga ser máis cautelosos e seguros ao saír á estrada”. El regidor local, que envió un mensaje de “ánimo e prudencia”, expresó su deseo de que este año ningún ribeirense “deixe de estar con nós por eso que supón o peligro da carretera”. El sacerdote pidió por todos los presentes y por los que no están, que desgraciadamente perdieron la vida en las carreteras y que otros años celebraron esta fiesta y que por circunstancias ahora no pueden.

Un centenar de vehículos participaron en la procesión con el recorrido de costumbre, que en la Avenida da Coruña se prolongó hasta la rotonda de As Saíñas, y que al final continuó hasta Aguiño, donde los transportistas invitaron a los participantes a una sardinada en la zona portuaria de dicha parroquia, en la que se sirvieron 1.200 kilos de ese pescado, así como 50 empanadas de carne, zorza y atún, 60 kilos de pan de maíz, cerveza, vino, refrescos y, además, se elaboraron paellas para unos 200 comensales. 

A la procura de la protección de San Cristóbal

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