Rianxo vivió ayer su día grande del festival de muralismo Viladomar con “Sons da vila”, la jornada de clausura del evento que transforma desde hace seis años el espacio público en una galería viva de arte, memoria y comunidad.
Desde el pasado 3 de julio, artistas, vecinos y visitantes han podido ver cómo su villa marinera se transformaba poco a poco con los pinceles y aerosoles de cuatro artistas gallegos de gran trayectoria. YosebaM, Xoana Almar, Pelucas Pilas Bubbles y Lúa Gándara son los responsables de los cuatro nuevos murales que se suman ya a las 20 intervenciones repartidas por todo el municipio.
Hoy, después de diez días de trabajo e inspiración, se da por concluida la creación de estas obras, pero fue ayer cuando Viladomar desplegó todo su potencial artístico, cultural y emocional con un programa que fue más allá del muralismo.
Por primera vez, Viladomar incluyó una jornada especial bajo el nombre de “Sons da vila”, con actividades para todos los públicos: rutas teatralizadas, paseos en barco, talleres, música, una proyección audiovisual nocturna y un mercadillo de artesanía local.
La programación arrancó temprano, con dos roteiros teatralizados a cargo de la compañía local Teatro Airiños, que guió a los asistentes por los murales del festival combinando historia, teatro y arte en vivo.
Uno de los platos fuertes del día fueron los paseos en barco por la ría de Arousa, una actividad que Viladomar recupera con fuerza este año. La ruta de la mañana, titulada “As voces do mar”, contó con Loli Gómez Ordoñez, presidenta de la asociación Mulleres Salgadas, como guía para poner voz a las memorias y luchas de las mujeres del mar. Por la tarde, el “Viladomar ao solpor” llevó a los participantes a disfrutar del arte y del paisaje en pleno atardecer.
El festival nació en 2018 de la mano de la Asociación Cultural Ondiñas Mainas, con la producción de Noel Pérez y Lara Torres, para convertir fachadas comunes en obras que cuenten historias locales, y al mismo tiempo mostrar la fuerza del muralismo que está ganando auge en los últimos años. “Este auxe explícase porque hai un grupo de artistas que leva traballando no espazo público dende hai 25 anos, primeiro dun xeito moi naif ou facendo encargos, pero dende hai un tempo comezou a coller forma e agora é máis visible”, señala Noel Pérez, portavoz del festival.
“Estas obras non duran para sempre. O que pode quedar en dez anos é o fermoso rexistro do que aconteceu”
“Rianxo ten un peso cultural importante e contamos con nomes moi recoñecibles, por iso tratamos de por en valor a contemporaneidade, un movemento que cremos que non ten a visibilidade suficiente convertendo fachadas cuestionables ou que son interesantes de intervir en obras de arte”, explica.
Pérez explica también que Galicia cuenta con una escena mural rica y colaborativa, con artistas de gran trayectoria, muchos de los cuales trabajan también en el extranjero.
Con 20 intervenciones repartidas en distintas parroquias y calles de Rianxo, Viladomar se ha consolidado como un referente entre los festivales de muralismo en Galicia. Su lema , “máis alá dos muros”, se entiende más que nunca este año ya que con “Sons da vila”, Viladomar no solo pinta fachadas, si no que visibiliza la lucha de las mujeres del mar y ensalza la memoria del territorio. Y todo ello en un entorno rural y marinero que se reivindica como escenario artístico de primer nivel.
“Estas obras non duran para sempre. O que pode quedar dentro de dez anos é o rexistro do que aconteceu. E iso tamén é fermoso, ver como pasa o tempo polas paredes”, sentencia Noel.
Viladomar apuesta por el arraigo y el proceso creativo in situ, ya que la creación se prolonga durante diez días, para que los artistas puedan trabajar de forma inmersiva, empapándose del entorno, sus historias y su gente. Así lo cuenta YosebaM, uno de los muralistas participantes este año, conocido por su serie de las “Superavoas”.
“Cheguei aquí á Parroquia do Asado e preguntei que había para pintar. Xa me tiñan buscada unha candidata para Superavoa. Investigando topei co Rosales, un grupo de gaiteiros que nos anos 50, ata o 2003, tocaron moitísimo por toda esta zona, por toda Galicia, por Asturias. Entón fun coñecer a Maruxa, que cantaba neste grupo, e contoume a súa historia”, explica el artista.
YosebaM la describe como una “historia moi bonita”, ya que en aquella época los gaiteros no contaban con mujeres en sus agrupaciones. Así, Maruxa, que era la mujer de un gaitero, acabó formando parte del grupo de su marido motivada por circunstancias familiares. “Para substituír o irmán do seu marido, que se rompera unha man, Maruxa ofreceuse voluntaria. Como ensaiaba con eles na casa e coñecía todo o repertorio, dixo que podía ocupar o seu lugar. Naquela época, ver unha muller tocando o bombo era algo moi pouco común, e máis aínda cunha saia curta, xa que non existía vestiario específico para mulleres gaiteiras”, explica YosebaM.
Con este mural el artista representa la portada de un disco de grandes éxitos, con la imagen de Maruxa y su marido en la parroquia de Araño y con las letras de varias de sus canciones.
“Eu chego aos sitios sen ningunha idea porque, como traballo co entorno, non adoito ir con algo establecido, nin sequera unha idea. Aquí non sabía o que ía pintar. Aínda que teña a idea e o tema, despois hai que repensalo, así que sempre hai un traballo de investigación”, explica. YosebaM, define Viladomar como una experiencia cercana y “un festival moi familiar”.