Usuarios del Servicio de Axuda no Fogar (SAF) de Boiro aseguraron que realizabanel pago en mano de los servicios por los que cobraba la funcionaria que está acusada y siendo juzgada de un delito continuado de malversación de caudales públicos. Así lo indicaron en la segunda sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la sección compostelana de la Audiencia Provincial de A Coruña y que se aplazó del pasado martes debido a la huelga de jueces y fiscales. La acusada, según sostiene la Fiscalía, omitía en algunas ocasiones del censo a las personas de las que había recibido cantidades para evitar el descubrimiento del apoderamiento de cantidades, y logró hacerse con 25.297 euros.
Ayer declararon como testigos familiares de usuarios de ese tipo de ayuda en el hogar en Boiro, así como auxiliares del consistorio municipal que prestaban servicios en los domicilios. Según testificaron, siempre o la mayor parte de las veces hicieron los pagos en persona y en efectivo a dicha empleada pública que coordinaba el SAF y precisaron que en su ausencia, cuando ella estaba de vacaciones, una auxiliar que en alguna ocasión llevó el pago de usuarios desde sus viviendas al Ayuntamiento porque así se lo pidieron, llegó a abonar lo que esta pedía a la interventora, pero encontró para ello "bastantes trabas".
"A mí nadie me cobró nunca nada, no siendo ella", declaró esta mujer. Así, relató que la excepción de ello fue el día que le "recogió el dinero" la interventora, que le puso "bastantes trabas" pero ella le advirtió de que no se iba a llevar el dinero a casa. "Dije que no me llevaba el dinero ese a casa que no era mío, era viernes y yo no lo quería el fin de semana", señaló. Por su parte, otra auxiliar señaló que ella también efectuaba el pago en nombre de algunos usuarios y que en ocasiones "le dejaban propina". "Le tenían que dar vueltas... Tengo llevado dinero de gente y decir que no me den vuelta porque me han dicho que no", precisó.
En esta línea, el primer testigo, un hombre de avanzada edad que en el momento de los hechos era usuario del SAF para su madre destacó que "me mandaron a una mujer y yo agradezco en el alma que me la mandaran" por el servicio recibido. Este hombre, como buena parte de los testigos, a los que las partes personadas en el caso exhibieron recibos que entregaba la acusada con el sello del Ayuntamiento de Boiro, apuntó que iba al ayuntamiento "a pagar".
"Yo hice lo que ellos me mandaron", apuntó otra testigo que, según su versión, la acusada le pidió inicialmente un abono de 200 euros. Ante la respuesta de que "eso no lo podía pagar" le pasó a reclamar 50 euros, según afirmó. "Siempre era ella, la misma siempre", expuso, si bien a continuación respondió que cree que sí le "cogió" el dinero "una vez" otra trabajadora. Cuestionada por si sabía a donde iban a parar esas cuantías, replicó con un "yo que sé" y a continuación se ha preguntado: "Si me mandaban pagar, tendría que pagar, ¿no?".
"Cuando necesité la grúa me dijo que se iba a pasar a cobrar, donde aún hoy a estas alturas no se paga por nada, ni por camas ni por grúas ni por nada", lamentó otra testigo. "Yo me fié de ella", añadió, en alusión a la relación que tenían de "compañeras y amigas al mismo tiempo". Segun esta mujer, la empleada pública procesada "tenía un armario donde cerraba con llave y abría". Mientras, otra compareciente dijo que sí llegó a preguntar si podía domiciliar el pago, pero le contestaron que si no le importaba "ir a pagarlo y así le contaban cómo iba todo". "Nunca llegué a desconfiar de nada, porque a mí me daba ese recibo con el sello del ayuntamiento", incidió.
Además de estos documentos, también se visionaron varios contratos con los que, supuestamente, se daba de alta a los usuarios, lo cual motivó preguntas por parte de miembros del jurado popular. La auxiliar que se refirió a las "vueltas" a modo de "propina" lo precisó diciendo que "eran 210, 212 y me daban 215. No era mucho, pero se lo quedaba". Como contrapartida, la acusada le daba "un recibo en un sobre cerrado" y ella "se lo entregaba al señor", según expuso. "Cuando se iba de vacaciones nos decía, a mí me lo dijo, que cuando tuviéramos que llevar dinero lo llevásemos cuando estuviera ella. Una vez lo llevé porque no sabía que estaba de vacaciones y la interventora se lo quedó y me dio un recibí", destacó.
Al regreso de la acusada del periodo vacacional, según la versión de esta trabajadora, le inquirió "por qué había hecho eso, así como disgustada". Esta fue la testigo que aseguró que la funcionaria a la que juzgan "vivía por encima de sus posibilidades" en relación al sueldo del Ayuntamiento boirense, si bien admitió desconocer otros detalles sobre su vida y posibles ingresos al margen del consistorio. "Veía peluquería, estética, ropas de marca, veía todo eso", advirtió. En otro punto, el abogado de la defensa preguntó a una testigo sobre si esos pagos los hacía "con total transparencia", a lo que le contestó que sí, mientras que otro hombre recordó cuando, ya avanzado el caso, "la inquietud" de la acusada fue "recuperar el recibo".