Un desencuentro laboral entre dos compañeros enrolados en un mismo barco perteneciente a una empresa que trabaja para las plataformas marítimas podría estar detrás de la agresión con un cuchillo que presuntamente le propinó a última hora de la tarde del pasado domingo un hombre de 57 años, cuya identidad responde a las iniciales J.R.T.L., natural de Boiro pero residente en Rianxo, a otro rianxeiro y a su mujer, ambos de 59 años. De hecho, el agredido reconoció que hace dos semanas tuvo algunas discusiones con él por razones de trabajo, pero que nunca pensó que lo ocurrido pudiera derivar en esos hechos, y precisó que no le había vuelto a ver desde que ambos regresaron la semana pasada a Rianxo.

La Plaza Nº1 del Tribunal de Instancia de Padrón decretó el lunes el ingreso en prisión preventiva, comunicada y sin fianza para el investigado, por considerar que las actuaciones abiertas contra él presentan características que hacen presumir la posible existencia de un delito de homicidio en grado de tentativa, y seguidamente se inhibió en la Plaza Nº2 de dicha sede judicial. La titular de esta última ratificó ayer el auto de privación de libertad de J.R.T.L. tras un acto en el que el sospechoso compareció por videoconferencia desde la cárcel de Teixeiro. La decisión la adoptó tras escuchar a las partes. 

Mientras la Fiscalía y el abogado de las víctimas reclamaron el mantenimiento de la prisión para el investigado, al considerar que de no hacerlo se podrían reproducir los hechos y se estaría poniendo en grave riesgo la integridad de la pareja que resultó herida de diversa consideración con arma blanca. Por su parte, el abogado defensor, que pertenece al turno de oficio, solicitó la puesta en libertad de su cliente, pudiendo establecerse alguna medida cautelar, como una orden de alejamiento. La jueza consideró que los indicios recabados en relación a los hechos por los que se investiga a J.R.T.L. hacen presumir la posible comisión de un delito de tentativa de homicidio y que existe el riesgo de reiteración delictiva.

Respecto a los hechos denunciados ha trascendido que en torno a las ocho y media de la tarde del pasado domingo se recibió en el 112 Galicia un aviso en el que se indicaba que en el lugar rianxeiro de O Pazo, a la altura de la panadería, se estaba produciendo una agresión entre tres personas y que una de ellas portaba un cuchillo, acudiendo de inmediato una patrulla de la Policía Local -de camino hacia ese sitio alguien les informó de que uno de ellos había lesionado a otro con la citada arma blanca- y, al llegar, se encontró con varias personas en el exterior del inmueble y una de ellas, que estaba bastante nervioso, le pidió a los agentes que fueran a un garaje, que entonces tenía el portalón abierto.

Según se recoge en el atestado policial, sus efectivos pudieron ver allí que dos hombres sujetaban y retenían a otro y solicitaban la intervención de las fuerzas del orden. Por ello, procedieron a esposar de manera preventiva a ese individuo, que estaba muy agresivo y nervioso y llevaba los brazos manchados de sangre. Los policías se entrevistaron luego con otro implicado en los hechos y les manifestó que estaba guardando la moto en su garaje cuando notó unos pinchazos en la espalda, a la altura del omóplato, y que al girarse se encontró con el presunto agresor con un cuchillo de 32 centímetros en la mano y que le gritaba repetidas veces “que te mato”, a la vez que blandía ese arma para clavársela en repetidas ocasiones. De hecho, esa víctima declaró que, debido a la agresión también sufrió cortes en ambos brazos, en el cuello y en el pecho, a la altura del corazón.

Defensa del marido

El hombre que resultó víctima del referido ataque con arma blanca declaró que, por lo ocurrido, él y su oponente acabaron apoyados en un portal que al fondo del garaje y que lo separa de la huerta. Dijo que su mujer observó el forcejeo y que, para ayudar a su marido, metió un brazo en el garaje para coger un hacha de unos 40 centímetros de largo, con la que intentó golpear al supuesto agresor, pero éste le cortó en la mano y ella le golpeó con el mango en la mano para que soltase esa arma blanca, lográndolo. Así, posteriormente, cuando llegó la patrulla  de la Policía Local encontró ambas armas detrás del portal de acceso a una finca en la parte trasera de la vivienda, cerca de donde se desarrollaron los hechos. El hombre que resultó arrestado por los hechos descritos alegó que ni el cuchillo ni el hacha eran suyos, sino del otro.