9º-15º
viernes | 26 abril | 2024
Todos a una: “Cerca del cien por cien de los vecinos de A Illa están dispuestos a testificar con nombre y DNI” para intentar acreditar que una familia vivió siempre en su casa y evitar así el embargo y el desahucio. De ese modo hablaba ayer el abogado de unos de los afectados, Javier Durán, porque, lo que parece casi una paradoja, demostrar que la familia Cores Nieto siempre vivió en su casa cerca de O Cabodeiro, se presume que será una tarea “verdaderamente muy difícil”.
La villa al completo está dispuesta a testificar, aunque la jurisprudencia es clara y los afectados tienen las de perder
Para ello, a falta de la escritura de propiedad que está en la base del problema, será necesario contar con los máximos apoyos. El mismo letrado asegura que “todo el pueblo, absolutamente, se ha volcado”. Además de los vecinos que declararán que los Cores Nieto siempre han estado allí, el alcalde y hasta la Policía Local están dispuestos a aportar su grano de arena para tratar de convencer al Juzgado de Primera Instancia número 38 de Madrid que la casa es, de facto, de ellos y que, por tanto, detenga el embargo. Pero poco corre a su favor. No lo hace el tiempo, ya que dan de plazo cinco días hábiles para recurrir y estos culminan hoy; ni la jurisprudencia, que “en el 95% de los casos tiene en cuenta el registro de la propiedad”. Y ahí la familia tiene las de perder porque no tiene título. ¿Quién lo tiene? Una promotora del narco Marcial Dorado.
Tal y como se conocía en los últimos días, la familia recibía la extraña notificación de un aviso de embargo porque su vivienda figuraba en un lista de bienes a requisar por valor de 1,8 millones de euros sobre el patrimonio de Dorado. Este habría adquirido el edificio en una operación de compra-venta a finales de los 90 a través de una de sus promotoras, aprovechando que no existía ningún título de propiedad de la familia sobre el bien. Esto es posible porque, asegura el letrado, “se trata de una antigua casa, heredada. En los años treinta no siempre se hacían estos registros de propiedad”.
Así pues, ¿qué más queda? Aportar documentos que acrediten que la familia siempre ocupó esta casa: Facturas de luz y agua, pagos de la contribución, que siempre venían a su nombre, y otros registros de gastos, de los que también hay constancia, como una reforma hecha en los sesenta o, especialmente, una orden de desalojo de los setenta, del entonces Concello de Vilanova, que amenazaba a los propietarios, la familia, con un embargo al haberse retrasado en el pago de la contribución. Esto es lo que se quiere demostrar a través de una demanda de tercería de dominio: Que pese a que el bien consta como de Dorado, la familia ha vivido en él “de manera continuada, notoria y pacífica desde los años 30”.
Hoy mismo se deberá formalizar el recurso. El juzgado deberá pronunciarse en un plazo de “días” para conocer si detiene o no el proceso.
Aunque esta familia es la que más ha hecho por hacer visible su problema, habría al menos una más en A Illa en una situación similar, según las mismas fuentes.
