La ANPA del Cabanillas reclama que solo se obre fuera del horario escolar

La ANPA del Cabanillas reclama que solo se obre fuera del horario escolar
Vista de una de las aulas donde los obreros estaban trabajando el viernes, fuera del horario escolar | cedida

Los padres del IES Ramón Cabanillas consideran “moi boa” la profunda reforma que la Xunta está ejecutando en las instalaciones pero siguen manteniendo que las obras son incompatibles con las clases. Ruido, polvo, materiales por en medio... Son algunas de las molestias que refieren sus hijos y que hace “imposible estudar no centro”. Además, entienden que la seguridad “é penosa” y es por ello que la ANPA le ha solicitado que los trabajos solo se ejecuten fuera del horario escolar, como ya se hace con actuaciones de mayor calado y a la vista de que no se va a cumplir el plazo de ejecución de tres meses, que expira en unos días.

La asociación remitió esta semana una carta a Inspección de la Consellería de Educación y esta semana remitirá otra a la unidad técnica. Así se acordó en una asamblea extraordinaria celebrada el pasado viernes ante la preocupación de los progenitores. El director del instituto les enseñó las obras y “están avanzadas, pero aínda falta”, explicó su portavoz. De hecho, está previsto ampliar el plazo de ejecución, que expira en unos días, así que “xa que non se vai cumprir o prazo, que as obras continúen fóra do horario lectivo”.

La “máxima preocupación” de los progenitores es la seguridad porque “é penosa”, aseguran. Desde la ANPA explican que los obreros “teñen cursos de riscos laborais, pero os rapaces non e accidentes pode habelos en calquera momento”. Otra cuestión es el polvo registrado estos días porque están puliendo los suelos y aunque se limpia y esta parte se realiza cuando no hay clases, resulta imposible mantenerlo al cien por cien y hay “rapaces con enfermedades respiratorias que poden ter problemas”, según su representante.

No es un edificio cualquiera

La misma fuente señala que los estudiantes se quejan sobre todo de ruidos de taladros, martillos o mismo las conversaciones entre los obreros. En definitiva, el ambiente habitual en cualquier obra, pero recordó que no se trata de un edificio cualquiera sino de un centro escolar y “ademais de incómodo é imposible concentrarse e estudar”, añadió.

Arco de Fefiñáns no está en contra de esta inversión de un millón de euros que ejecuta la Xunta. “É moi boa, vai parecer un instituto novo”, dicen. Pero no quieren que siga en estas condiciones. Ya lo dijeron al principio de curso, mostrando su incomprensión porque una reforma de este calado, en la que se va a cambiar la cubierta, las ventanas y se realizarán otras actuaciones para mejorar la eficiencia energética de las instalaciones, empezasen a escasos días del inicio de las clases. También el sindicato CIG denunció la situación en aquel momento y el BNG llevó el tema al Parlamento galego.

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