La APLU sigue adelante con el expediente de reposición del gimnasio del Calasancio

La Axencia de Protección da Legalidade Urbanística (APLU) sigue adelante con el expediente de reposición de la legalidad de las instalaciones deportivas construidas en el Instituto Calasancio. De hecho, ha abierto un nuevo periodo de alegaciones, aunque, en paralelo, también continúa la carrera de los promotores por salvar el edificio del derribo parcial o total con la presentación de un plan especial.

Cabe recordar que el expediente se inició el año pasado por la comisión de varias irregularidades. Para empezar, la parcela catastral no se correspondía con la parcela física y en 2015 se hizo una modificación del proyecto inicial, y por el que se concedió la licencia municipal de 2013, aumentando las plantas y la superficie de la edificación principal. De hecho, en su informe, la subinspectora urbanística concluyó que el inmueble tiene un volumen y tipología “non asimilables a unhas instalacións básicas de apoio a unha pista deportiva” y añade que “non se trata dunha construción sinxela dunha planta senón que ten tres niveis; non é unha ‘edificación de vestiarios’ como se desprendía do informe do técnico municipal previo á licenza”.

Plan para su regularización
Así las cosas, se trata de un equipamiento privado pero la propia agencia determina que estaría permitido en suelo rústico, como es el caso, si previamente hubiera contado con un plan especial de infraestructuras y dotaciones aprobado. Este extremo es al que se han acogido desde la organización religiosa para salvar su gimnasio de la piqueta. Este plantea un cambio de uso deportivo por dotacional y ya ha superado su primer trámite. La Consellería de Medio Ambiente dictaminó a finales de 2017 que no era preciso somerterlo a evaluación de impacto ambiental, aunque pide que incluya una serie de consideraciones realizadas por otros departamentos autonómicos.

El documento se remitió al Ayuntamiento para seguir con la tramitación. El próximo paso sería la aprobación inicial y posteriormente la definitiva para regularizar el edificio. De hecho, el gobierno local viene guardando silencio a la espera de cómo se van desarrollando estos pasos.