CAMBADOS-Los niños de Clave de Sol ponen voz y ritmo a la reforestación del Monte Pindo

Los componentes del coro infantil y juvenil Clave de Sol de Vilariño no tendrían ningún inconveniente en remangarse e ir al mismísimo Monte Pindo a reforestar lo que las llamas calcinaron el pasado verano. La más pequeña, Ainhoa, de siete años de edad, no levanta del suelo más altura que un pino joven, pero ni ella ni el resto de sus compañeros son ajenos a la ferocidad de los incendios forestales y directamente les causan “pena”, como explica Uxía. Y es que hasta lo han vivido en primera persona: “Diante da miña casa houbo un”, apunta otro de sus compañeros. De momento, su aportación contra esta lacra ha sido prestar sus voces como parte de la selección de corales de toda España colaboradoras en el disco “El bosque encantado”, cuyas ventas se donarán a la Asociación Monte Pindo Parque Natural, encargada de devolver el esplendor a este paraje natural, que algunos conocen porque en una reciente excursión lo vieron a lo lejos, en el viaje de regreso.
La grabación tuvo lugar en el auditorio de Cambados “e foi dura, houbo que repetir moitas veces e eran dez temas, aínda que se elexiron dous. Era a primeira vez e tiñan que estar en silencio, centrados...”, declara la directora, la soprano Mercedes Tilve, mientras que mira con complicidad a Adrián y Raúl que “ao final xa cruzaban os dedos por detrás da espalda. Xa estaban cansos”. Y eso que no es el primer disco que edita Clave de Sol, pero sí para la nueva remesa de voces.

tiempos
Actualmente son 20 miembros y a pesar de las nuevas incorporaciones, “este ano houbo unha baixada importante. Tiñamos voces máis maduras, pero marcharon, por circunstancias, e agora, outra vez a formar todo. O coro vai cumplir 12 anos e chegamos a ser 38 membros”, añade Tilve.
Su existencia es a base de su esfuerzo, la directiva y los pequeños y sus familias porque se nutren de las cuotas mensuales, “non temos subvención e recortan cada vez máis en cultura... Porque claro, canto máis ignorante é o pobo, mellor se domina”, se lamenta la profesora. Sin embargo, están dispuestos a colaborar siempre que llaman a su puerta y así se les has visto en un festival para niños enfermos de cáncer, en Navidad prestan sus voces a Cáritas y también formaron parte del homenaje a las víctimas del 11-M, entre otras iniciativas.
Son el futuro de una generación que en su agenda extraescolar suman otras citas como natación, clases de música –incluso ya en niveles de Conservatorio– o baile gallego, pero el canto se puede practicar en cualquier escenario y ellos mismos lo dicen. “En el autobús siempre cantamos”, dice Adrián, pero sobre todo, porque les gusta, como dice Iria, que entró en el coro hace tres meses.
De entre sus componentes puede salir una futura estrella, como Uxía o Sara, una adolescente a la que le gustaría ser cantante profesional y no es de extrañar porque con tres años ya estaba entre sus filas y es hija de una profesional, la propia directora. De hecho, el escenario ya no le asusta aunque el respeto siempre esta ahí y como dice otro compañero: “Cando hai moita xente no público si que da un pouco de vergoña” y eso que incluso han salido en televisión, en concreto, en el programa “Xa somos artistas”, de la TVG.
Su repertorio es amplio. Cuenta con temas que van desde los Beach Boys hasta música religiosa, pero si tienen que elegir se quedan con “Sueños” o el “Happy Day” y, por supuesto, con las excursiones que hacen, cuando los fondos lo permiten. Niños son y como niños se comportan y si los ensayos superan la hora y media “ya nos desmadramos”, aclara entre risas uno de los más pequeños. Pero sobre un escenario, la cosa cambia e impera la necesaria seriedad.