CAMBADOS - Sesenta y un años de fiesta y uno difícil de olvidar

CAMBADOS - Sesenta y un años de fiesta y uno difícil de olvidar
gala donas e cabaleiros do albariño cambados /

El Albariño nunca olvidará su 61 cumpleaños. Ha sido una edición particular y una amalgama de sensaciones: tristeza, alegría, emoción... Para empezar la tragedia de Angrois obligó a recortar la programación –como no podía ser de otro modo– suspendiéndose el habitual brindis oficial. De hecho, se ha demostrado que el pueblo sostiene este evento con su asistencia y con cada copa del “príncipe dorado de los vinos” que alza en el Paseo da Calzada. Además, se ha recuperado un detalle que ayer gustó especialmente, pues no dejó de recibir los aplausos del público asistente al paseo oficial: el desfile de carros. Restaurar tan bonita tradición –presente desde los inicios de la fiesta pero ausente desde hace unas dos décadas– fue un empeño personal del alcalde, Luis Aragunde, que no paró hasta encontrar a sus protagonistas, porque en la capital del albariño, el moderno tractor ha ganado la batalla al animal. Así, Cabano y Gallardo, dos jóvenes bueyes del país, llegaron directamente desde Vigo, con Salvador Oliveiro; mientras que de Vilalonga vinieron una vaca “marela” y otra “vermella”, guiadas por Manuel Vidal y Amancio Torres (presidente de la asociación de vecinos de esta parroquia de Sanxenxo).
Y como todo gran evento, el Albariño también vivió contratiempos. El conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde, pidió unos días antes que su elección como Cabaleiro se pospusiese debido al trágico accidente ferroviario. Su decisión fue recibida con total comprensión pero no quiso Conde dejar ni un rastro de duda sobre su apoyo a este sector –fundamental para la economía de Pontevedra y de Galicia– y ayer asistía a los actos solemnes. A última hora también se cayó del listado de nuevos cabaleiros el nutricionista Gregorio Varela –por una cuestión personal– pero se aprovechó la ocasión y se incluyó al notario de Cambados, Francisco Botana. Escribano Mayor, encargado de levantar acta de los premiados de cada Albariño desde hace mucho tiempo, y que tarde o temprano sería nombrado.
Precisamente en el Patio de Armas, donde se celebra este solemne acto, se vivió uno de los momentos más emotivos –con el recuerdo a las víctimas– pero también uno muy  tiernos. La bodeguera Ana Rodríguez, de Bouza de Carril, recogía su diploma de Xoven Albariñense, mientras que  su hija pequeña, entre el público y en brazos de su abuela, rompía el silencio: “Es mami”.

de idiomas y acentos
Y también se podría hablar de idiomas, porque se hablaba español, gallego y portugués (acudieron 25 cofradías españolas y lusas); e incluso hubo palabras en alemán, francés, inglés... Aragunde recibió a los asistentes saludando en varios, deseoso de que el Albariño reciba ya el merecido reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Internacional. Además, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, alternó la lengua de Cervantes y la de Castelao en su discurso, precisamente por respeto a la variedad de orígenes. O de acentos, como el de la presentadora, la sevillana, María José Suárez, a la que se le resistía la equis de Rías Baixas, y cuya belleza encandiló a los presentes (muchos se tomaron fotos con ella). Miss España 1996 y el conselleiro de Cultura, Xesús Vázquez, hicieron buenas migas y posaron juntos para los fotógrafos. Él con impecable traje gris y ella de pantalón rojo, camisa blanca y una gruesa cadena, muy de moda, rodeando su cuello. Ahora, hablando de estilismos merece destacar a la Cofradía del Oriciu de Gijón, en representación de un manjar del mar como es el erizo y no cabía duda de que marineros son, por sus gorras y bufandas a rayas marineras, valga la redundancia. Nada de capas como el resto de las que desfilaron hasta Fefiñáns. Por cierto, los pitidos a las autoridades fueron menos intensos, quizás porque Feijóo llegó directamente al Pazo.

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