El Conservatorio vuelve a levantar el telón con una promoción muy especial

El Conservatorio vuelve a levantar el telón con una promoción muy especial
Los 21 alumnos que este eligieron instrumento son una de las promociones con más variedad instrumental de los últimos años | mónica ferreirós

La música acompaña al ser humano desde tiempos prehistóricos, es vida y en el Conservatorio Elemental y la Escola Municipal de Cambados hay mucha. La pandemia les ha puesto en muchos aprietos, pero por fin han podido volver a la relativa normalidad. En las primeras olas, las clases telemáticas supusieron un auténtico reto y las sucesivas subidas de casos les ha obligado en estos dos años a regresar en más de una ocasión –la última en enero– a este sistema que parece tan frío y lejano que estos cursos casi se habría perdonado como una transición. Sin embargo, ha sido todo lo contrario.


Han trabajado duro; las nuevas tecnologías han ayudado, con la implantación de una nueva web y apps como la plataforma de evaluación “Kahoot!” u otra para el dictado, esa difícil tarea de que un alumno transcriba las notas emitidas por un piano utilizando el oído. Sin olvidar un estricto protocolo covid con las medidas llevadas al extremo. Así que su director, Daniel Figueira, incluso puede hablar de hitos: “Estamos moi sastisfeitos, aínda así, o alumnado aproveitou moi ben as clases. É mérito seu pero tamén do claustro de 16 profesores”.


Los primeros en Pontevedra

Sus palabras se constatan con hechos. El resultado en las pruebas de acceso al Conservatorio Profesional de Pontevedra “foi magnífico”. Los cinco alumnos presentados consiguieron plaza y quedaron de primeros en sus especialidades. También entraron otros a los de Vilagarcía, Vigo y A Estrada. Pero además, el centro realizó un intenso trabajo explicativo e informativo entre padres y niños para que hubiera variedad en el salto al instrumento –a los siete años–. “O piano, a guitarra e a percusión sempre son os máis populares, pero tamén é responsabilidade nosa que haxa representatividade de todos os instrumentos porque isto enriquece”, cuenta el director. Y lo consiguieron, también porque son conscientes de los temores de algunas familias de que el niño se aburra y “logo teñamos que comer o instrumento con patacas. Sempre é un momento complicado, pero e que ademais, fai falta un pouco de tempo. Aos dous meses, os nenos ven que van avanzando e é moi raro que queiran cambiar”.


“Anos sen un fagot”

Así que a base de tesón e incluso de ofrecer soluciones ante un posible escenario de abandono, han conseguido que de los 21 en esta fase de formación, haya dos por cada uno de los menos demandados: clarinete, trompeta, violonchelo, trombones y hasta hay un fagot, que “non tiñamos dende hai moitos anos”.


Esto también hará aún más grande las bandas infantil y juvenil, que “xa ten un nivel” para enfrentarse a un reto que próximamente se podrá disfrutar en el auditorio de A Xuventude: un concierto de musicales con temas de “Evita”, “Cats”, “Annie”... Porque dentro de esta relativa normalidad, quieren volver a levantar el telón de sus actuaciones públicas. Eso sí, siempre intentan acercarles a todo tipo de música, para que cuando se gradúen, con 12 años, hayan tocado todos los palos. En definitiva, los resultados obtenidos en las pruebas de acceso al Profesional no son casualidad.


Figueira reconoce que el miedo al contagio siempre ha estado presente, pero no han notado una merma de alumnado. Quizás algún caso puntual, pero siempre con regreso, así que ahora mismo, con más de 170 alumnos entre el Conservatorio y la Escola, “estamos nun nivel de matriculación que non podemos coller a ninguén máis”. Y eso que este año contrataron una nueva profesora de Música e Movemento, pero también buscan grupos reducidos “para traballar mellor”.


Y las perspectivas de futuro también son muy buenas: de los ocho alumnos del último curso del Conservatorio, cinco quieren seguir la carrera musical. A veces, hay quien prefieren quedarse en la Escola, donde ya no es una formación reglada pero no por ello peor. “Temos xente moi brillante”, asegura el director, pero cada uno tiene sus circunstancias. De hecho, siempre procuran juntar al alumnado de ambos centros en las agrupaciones que no son pocas (percusión, coro, bate de timbales... ) y por supuesto en sus semanas temáticas (Samaín, Entroido, Santa Cecilia..). Y hay algo muy importante para el claustro: nutrir a la Banda de Música de Castrelo. “É unha institución, a segunda máis antiga de Galicia e agora esta rexuvenecendo con moitos dos nosos alumnos. Sempre trabamos de inculcarlles o amor pola nosa banda”, cuenta el director.


Tras estos dos años ya viven una relativa normalidad si no fuera por las continuas ventilaciones, tomas de temperatura.... Y siempre que sea posible, quieren más. En la mente de Figueira está realizar el intercambio pendiente con la Escola de Música de Salvaterra, recuperar el Festival de Bandas Xuvenís Vila de Cambados, que cumpliría su quinta edición, y para las audiciones de final de curso –un simulacro de las pruebas de acceso al Profesional– le gustaría aprovechar la remodelación de la Praza Dolores del Valle para sacar a la calle el buen hacer de sus alumnos.


El director desborda orgullo: “Temos tanta vida, formación e actividades de calidade e uns resultados e un nivel pedagóxico e académico do mellor, así que non sería descabellado ter un conservatorio Profesional en Cambados”, explica. No es la primera vez que lanza el guante de una iniciativa que fijaría más jóvenes talentos en la propia capital del albariño.

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