El Concello de A Illa ha iniciado la renovación integral del vallado de madera de la playa de Espiñeiro, que incluye la reposición de tramos, sobre todo en la parte inicial, donde faltaban entre 50 y 60 metros. Esta carencia estaba provocando aparcamientos indebidos y accesos por en medio de la duna en lugar de rodearla, con el consiguiente daño. Esta situación se debe a que las piezas tienen varias décadas de antigüedad y estaban en muy mal estado, cayendo en muchos casos a causa de la podredumbre. 

Precisamente para evitar daños al ecosistema dunar, también va a cerrar la parte más próxima al mar, como ya hizo en Barbafeita “con moi bos resultados”, explica el alcalde, Luis Arosa. El resto del trazado y las entradas serán los mismos, quedando dos: una de dos metros de ancho para facilitar el paso de la maquinaria de la Cofradía para las limpiezas y regeneraciones de sus concesiones marisqueras, y el otro quedará en unos cinco metros. El regidor indicó que es más estrecho que el anterior, no obstante, es más amplio de lo previsto inicialmente: dejarlo también de dos, pero “quedaba demasiado estreito”.

La operación durará unos 15 días y cuesta 40.000 euros de los cuales, el 80 % los cubre con el Fondo de Compensación Ambiental de la Xunta.

El Ayuntamiento valorará cambiar el vallado de otros arenales como el de Arruda, uno de pequeñas dimensiones donde tampoco está en su mejor estado, aunque destaca que los materiales empleados han demostrado ser duraderos –de madera tratada para las inclemencias–, pues, por ejemplo, el de Salinas se instaló en 2016 y “está como o primeiro día”.