A ILLA - San Julián saca las corbatas del armario

A ILLA - San Julián saca las corbatas del armario
Diario de Arousa-2014-01-08-013-6e2a2f72

Día siete del uno. Mientras el resto de la comarca de O Salnés trata de dejar atrás las celebraciones navideñas y se enfrasca en los apuros de las rebajas para tomar el impulso definitivo con el que arrancar la cuesta de enero, A Illa de Arousa se resiste a prescindir tan rápido de lo festivo.
El patrón del municipio, San Julián, no es una excusa para seguir de fiesta. Es la fiesta misma. La celebración paraliza la actividad en la localidad y durante toda la jornada unos y otros salen a las calles con sus mejores galas.
Los restaurantes se convierten en pasarelas donde lucir trajes, corbatas, pajaritas y vestidos. Porque hace décadas lo de salir de fiesta se reservaba a los varones, pero aquel ya no es este mundo.
Los más religiosos comenzaban la jornada acudiendo a las celebraciones litúrgicas de mediodía y posterior procesión, actos siempre multitudinarios y con presencia de autoridades.
Desde ahí, peñas de amigos, ellos y ellas, se repartieron por buena parte de los locales hosteleros para dar cuenta de una comida festiva, otra más, que muchos decidieron pasar en casa con la familia. Eso sí, siempre bajo la más rigurosa etiqueta, porque esta es una de las señas de identidad de la efeméride: Vestirse de punta en blanco para la ocasión.
Durante el día no faltaron los grupos de música más o menos festivos que pusieron las notas de color y humor, además de en sus partituras e instrumentos. Tampoco la flamante Banda de Música, en plena consolidación, que volvió a actuar ayer por todo lo alto con motivo del patrón.
Las largas sobremesas dieron paso luego a una creciente tarde en la que muchos se prepararon para una de las grandes noches del año, solo comparable a las de año nuevo y del Carmen.
A Illa volvió así a convertirse en capital de la movida arousana, atrayendo a jóvenes de toda la comarca y apurando la fiesta, como siempre, hasta el amanecer del día 8, “o día do can”, en el que tras la jornada de los excesos reina en las calles la calma y el reposo reparador para, ahora ya sí, aparcar lo navideño y lo patronal hasta el año próximo. n

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