Irina Kouberskaya: “No se puede ser director ni actor sin pasar por Valle-Inclán”

Irina Kouberskaya: “No se puede ser director ni actor sin pasar por Valle-Inclán”
La directora rusa, en una imagen de archivo | Cedida

Irina Kouberskaya aterrizó ayer en el Festivalle. Admiradora de la obra y la figura de Valle-Inclán, hace 21 años, junto a Hugo Pérez de la Pica, fundó Teatro Tribueñe en Madrid, donde cada año no faltan versiones del escritor vilanovés, del que dice que “abre caminos” a la dramaturgia.

 

En su obra ha estado muy presente Valle-Inclán, de hecho ha sido la primera en llevarlo a Rusia, supongo que una tarea complicada traducir el complejo mundo valleinclanesco...
A lo largo de 21 años hemos mantenido a Valle-Inclán cada año en el repertorio, con eso digo todo (ríe). Una compañía importante de San Petesburgo vino a Madrid con su obra Otelo y se enamoraron de nuestra representación de ‘La Rosa de Papel’, de ‘Ligazón’ y de Valle-Inclán, tanto que me pidieron ir al Teatro Fontanka de San Petersburgo, donde he montado dos obras con una escenografía bestial. Conté también con la ayuda de mi hermano, que es un buenísimo escritor y de gran cultura lingüística, para poder de alguna forma traducir estos galleguismos, que son más bien una invención pura y dura de este gran dramaturgo. Así, conseguimos inventar también algo dentro del idioma ruso, que nos permitió buscar semejanza con ese mundo. Duró unos seis años en el repertorio del teatro de San Petesburgo.

 

¿Quizás Valle-Inclán no es tan universal en ese sentido como otros autores como pueden ser Lorca?
Valle-Inclán abre caminos a toda la dramaturgia moderna. Tan solo en el Retablo son cinco obras escritas en claves interpretativas distintas. Él enseña valentía y rebeldía. Aquellos que han tenido la suerte de leer su dramaturgia se les abre un camino en el alma de héroe, de incómodo, de protestón... Hoy en día, cuando nos están tratando como ganado, más que nunca es importante recordar las voces de estos grandes como Shakespeare, Cervantes, Valle-Inclán, Lorca... Estas personas que nos habían mostrado las heridas de la humanidad para poder sanarlas.

 

Por ello es importante contar con un festival como este...
Es esencial y necesario. Si no hacemos esto no somos nadie. Ahora, cuando tanto vivimos de espaldas a los libros y se potencia la cutrez de cada uno... Este festival es un grito. Temo muchísimo que se persiga justamente por ser un grito de talento y de libertad. Ojalá que dure mucho, porque hoy en día es casi un heroísmo contar con un festival así.

 

Ya es su segunda edición aquí y este año con sesión doble.
Este año vinimos tanto con ‘La Rosa de Papel’ y, hoy, ‘El Embrujado’, un gran aterrizaje de 25 actores. No sé como no han hecho ópera todavía dedicada a ‘El Embrujado’, porque es algo increíble y épica: la tierra que habla. Una obra grandiosa y muy difícil de “roer”, y lo hemos hecho a nuestra manera y nuestra visión de Valle-Inclán y comunicar con él.


Un elenco grande...
Sí, es un montaje muy potente y con muchísima ilusión de representarla aquí en Vilanova. Nos queda todavía traer a este festival ‘La Cabeza del Bautista’, quizás el año que viene. Lo que nos caracteriza son lecturas absolutamente novedosas del autor.

 

Ambas piezas forman parte del ‘Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte’ y, de hecho, ya ha podido interpretar las cinco obras...
Hemos interpretando todo el Retablo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y además con una hermandad de gallegos con actuaciones de gaitas en los descansos... Una fiesta dedicada a Valle-Inclán. Una fusión entre la tierra y el espíritu. Cuando dimos todo este Retablo que duró siete horas era un tsunami de talento y de genealidad de Valle-Inclán que podía arrasar con todo. Me sentí tan orgullosa por él, por su visión... Hacer Valle-Incán es una formación para los directores y actores, porque te abre el alma en todas sus facetas, desde lo más miserable y vil, hasta lo más grandioso y divino en el mismo ser humano. No se puede ser director ni actor sin pasar por Valle-Inclán. 

Irina Kouberskaya: “No se puede ser director ni actor sin pasar por Valle-Inclán”

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