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viernes | 26 abril | 2024
Cambados celebró en 2009 el Ano Cabanillas con una extensa programación destinada a laurear al “poeta da raza” en el 50 aniversario de su muerte. Para entonces, el bibliotecario, escritor e importante activista cultural de O Salnés, Luís Rei, ya llevaba tiempo indagando en su vida y obra, culminando su labor en una de sus biografías más completas, “Crónica de desterros e saudades”, que no hubiera recibido la bendición del propio protagonista, como reconocía el autor en aquel momento alegando haber descubierto que no era amigo de este tipo de textos.
En los últimos años de su vida, antes de fallecer en 2015, se dedicó a catalogar el legado que los descendientes de Cabanillas tenían en una “habitación dedicada só a estas cousas”, recordaba hace unos días Pitusa Cabanillas, nieta del ilustre, reconociendo además que fue el grovense quien “me meteu no corpo” este enjundioso proceso. Ambos se conocieron precisamente cuando Rei empezó a alumbrar esa biografía y visitaba su casa para consultar documentación y fue, a la vista de semejante colección, de donde nació el impulso de cederlo al Concello para su conservación y divulgación; un proceso que se da por culminado, o no.
Hace unos días, el concejal de Cultura, Tino Cordal, firmaba con la descendiente un nuevo convenio para regular esta concesión. Era una actualización del anterior convenio porque en estos años siguieron apareciendo cosas. El intelectual meco no pudo concluir este trabajo y el académico cambadés Francisco Fernández Rei le tomó el relevo. Últimamente era él quien se pasaba las horas en casa de Pitusa junto al técnico de Cultura Jose Vaamonde para rematar tan ingente proyecto, tanto que casi es un no acabar. De hecho, la nieta de Cabanillas aprovechaba ese acto para poner sobre la mesa que aún sigue apareciendo cosas interesantes en manos de otros familiares.
En concreto, le planteó a Cordal la firma de un acuerdo similar con el hijo de una prima que posee el manuscrito original de “A ofrenda das fadas no portal de Belén”, un poema dramático que las niñas de la Juventud Católica de Cambados representaron un 9 de enero de 1944, siendo el primer texto teatral en gallego que se representó después de la Guerra Civil.
Esto se podría sumar a ese legado colmado de primeras ediciones, cartas epistolares, comunicaciones de las Irmandades da Fala o con amistades, como una en la que Otero Pedrayo hace un viaje y le va contando lo que hace, o una curiosa, del rey Alfonso XIII dirigida a Menéndez Pelayo por su elección como presidente de la Real Academia de la Historia y que “non sei porque estaba na miña casa”, contaba Pitusa. Pero también hay otros manuscritos y joyas artísticas de las cuales se han hecho copias para su exhibición, mientras que los originales se reservan para consultas de investigación previa petición.
Todo ello hizo posible también la apertura del Museo Cabanillas en el año 2020 y como decía el propio Cordal, fue gracias al “esforzo e empeño colectivo da familia, o Concello, diferentes persoeiros e formacións”. Y es que todo empezó con el gobierno del popular Luis Aragunde y lo siguió el cuatripartito, del que Cordal también era miembro y cuando el nacionalista Víctor Caamaño dirigía este departamento. Y tampoco se puede olvidar la gran aportación realizada por la familia Pillado Silvoso, cuyo abuelo era gran amigo de Cabanillas. “É un logro do pobo enteiro porque todo o mundo participou moito”, añadía Pitusa.
