La oficina comarcal de control de la calidad del agua y vertidos ya ha visitado a aproximadamente una tercera parte de las empresas conectadas a la EDAR de Ribadumia y ha comprobado que, en general, las industrias carecen del obligatorio permiso de vertedura a la red. Lleva medio año trabajando, pero empieza a dar resultados pues muchas han empezado a regularizar su situación y por primera vez en los ocho años de existencia de la planta depuradora, las aguas entrantes presentan una carga contaminante asumible. Hasta ahora se venían detectando unos niveles muy elevados de sustancias dañinas como el nitrógeno, tanto, que estaba funcionando al doble e incluso al triple de su capacidad y por tanto envejeciendo prematuramente y encareciendo el proceso.
La estación también recibe residuos domésticos pero estos no dan problemas, así que el punto de mira estaba en las industrias. No obstante, la responsable del servicio de la Mancomunidade do Salnés, Marián Alonso, pide tomar con prudencia estos resultados pues han de comprobarse y mantenerse a lo largo del tiempo.
El primer cometido de la oficina es informar, pero también “inspeccionar” el cumplimiento de la normativa. Así, sus visitas han empezado por empresas consideradas prioritarias por una mayor demanda de agua para su actividad –como son las alimentarias–, revisando todo el ciclo, desde la captación hasta su vertido al sistema, y mirando si antes realizan el obligado pretratamiento o no mediante la realizando de analíticas rápidas y otras comprobaciones. Revisando además que se corresponde con lo declarado en su permiso de vertedura a la red comarcal que conecta con la EDAR. De hecho, una de las primeras cuestiones a mirar es si lo tienen, como manda el reglamento de la Mancomunidade de 2013.
Además, los episodios contaminantes en la zona del Umia en Cabanelas, próxima a los polígonos de Cambados y Ribadumia, ya eran un escándalo, con aguas de todos los colores saliendo por los alivios del bombeo demostrando que algunas industrias no pretrataban sus desechos. Hasta pescados enteros han llegado a entrar en la EDAR.
A este respecto, Alonso explica que en esta primera fase han tenido “conocimiento de un porcentaje bastante pequeño” de industrias que por “su tipo de actividad, imaginamos que vierten sin cumplir”. Y es que cazar al infractor no es tarea fácil, pero su labor incluye un seguimiento y está contemplado que, en caso de incumplimientos reiterados, como negarse a obtener la autorización de vertedura o si las muestras tomadas incumplen, la Mancomunidade do Salnés “le anularía la conexión a la red y deberá gestionar sus residuos como considere”.