La falta de regularización le ha dado al Tinto de Barrantes todas las papeletas para desaparecer: problemas de comercialización, imposibilidad de una promoción y proyección, etc. Sin embargo, lleva más de un siglo resistiendo y ha sobrevivido por mérito propio y de un pueblo que lo ha convertido en uno de los vinos más emblemáticos de Galicia. Un vino cautivo y que cautiva y que desde ayer tiene en Ribadumia su fiesta de exaltación que además cumplió medio siglo de existencia. Una edición que sería aún más especial si ya se hubiera conseguido esa legalización en camino de la uva híbrida, la folla redonda, que los viticultores de O Salnés cuidan con mimo desde donde ya no alcanza la memoria de los vivos: “O meu avó deixoume a parra con nove anos”, rememoraba ayer Manuel Carbajal desde su puesto de la Adega Maravilla. Sus expectativas, como la del resto de elaboradores, son muy positivas, primero porque el buen tiempo anima la participación en cualquier evento y segundo porque la cosecha de 2022 que se beberá hasta mañana en esta celebración es de muy buena calidad.
La inauguración siguió el guion acostumbrado, con el corte de la cinta inaugural a cargo de las autoridades y de la comisión organizadora, que dedica esta edición a los pioneros de la fiesta y, de hecho, el cartel de Pepe Noya es un homenaje a ribadumienses como Manuel Abuín “Piris” o José Abal, por nombrar algunos. Este último fue uno de los primeros en aparecer por la carpa. En compañía de un grupo de amigos recordaba como él y el ya desaparecido Basilio Castro, Chicho, encalaron un gallinero para acoger la primera edición y como evolucionó después y fue cambiando de lugares hasta tener la configuración actual. Confesó que es meisino, pero “Barrantes é outro mundo” y su vino, “un fenómeno, non se ve en todos os sitios e ten un prestixio. Se o bebes, podes durar de cen anos para arriba!”.
Es la Festa do Tinto do Salnés, pero también de las variedades autóctonas y, de hecho, de los 14 stands, tres son para estos, especialmente para el caíño que en la bodega D’Arvelos tiene un referente. El padre de su actual gerente, Lino Padín, fue un defensor de esta variedad y ahora recoge los frutos, así que a este primer día no faltaron sus clientes habituales. Además, es la firma participante más antigua: 25 años ininterrumpidos. Otros son más recientes, como Maravilla, que acude por primera vez, y la de Pepe O Freixo, que es la segunda. El motivo es que este año ha habido una cosecha muy abundante y según José Abal, que aún cuida sus parras, parece que la de 2023 también se presenta abundante. Desde esta última bodega, José Rivas, destacó otra cuestión importante de la cita: la captación de nuevos clientes. En su caso, unos asturianos, entre otros, y la demanda no deja de crecer, hasta el punto de que sus 11.000 litros de producción les resulta insuficientes y acaban comprando a pequeños elaboradores. De hecho, todos los consultados coincidían ayer en señalar las oportunidades que pueden estar perdiendo por no tener la regularización: “Este viño xa move moito e se o deixaran etiquetar... Todo o mundo o desexamos”.
El alcalde en funciones, David Castro, recordó que tienen el compromiso de la Xunta para que esto pueda ser una realidad entre 2025 y 2027. “É algo necesario, por todo o movemento económico, social, gastronómico... que xera. E sería o espaldarazo definitivo á festa, para que poida seguir crecendo. As administracións teñen que darse de conta, non poden mirar para outro lado”, declaró. Más contundente fue “Piris”: “Este viño existe dende 1182, 140 anos! Non pode ser un viño foráneo, ten que ser da nosa terra!”, clamó quien lleva tantos años defendiéndolo.
Castro también destacó la “ilusión” con la que emprendieron esta edición tan especial y mostró su agradecimiento a la comisión y a los fundadores por la “ Festa máis importante de Ribadumia”. De hecho, aplaudió la gran cantidad de gente que el jueves disfrutó del Combo Dominicano y destacó que a la comida de hoy, donde se dará a conocer los vinos ganadores, hay mil inscritos e incluso un grupo de Canarias. Según Piris, los catadores de la prueba final “o van ter moi difícil porque é unha colleita de moita calidade”. Se presentaron un total de 115 vinos y pasaron 12.
Los puestos de venta volverán a abrir hoy y mañana, con precios que van desde 1,5 a 2 euros, la “cunca”, y de seis a nueve, en el caso de la botella y en función de la variedad. Además de las nombradas, están Asento de Núñez, Mouriño de Leiro, Carlos Núñez, Adega do Avó, O Lagar do Lebre, Campañó, Familia Gigirey, Maypa, Mario, Paula Padín y Manolo Maravilla. En ninguno falta el pincho de acompañamiento y la oferta se completa con un puesto de pulpo, corte de jamón profesional y empanada, sin olvidar a la hostelería local, engalanada para la ocasión.
El pregón, que correrá a cargo del ganador del Goya, Luis Zahera, tendrá lugar hoy a las 13 horas. Pero el día estará lleno de actividades, animación de malabares, mimos, fiesta de la espuma... Y mucha música, con el Tributo a Sabina como plato principal.