Las Rías Baixas brillan en el nuevo fenómeno de Netflix, ‘El Jardinero’, que desbancó esta semana a ‘Adolescencia’ como la serie más vista en España, además de figurar de líder a nivel global entre las producciones de habla no inglesa con más de 7 millones de visualizaciones. La serie está ambientada en Pontevedra, pero los paisajes de O Salnés se reproducen durante la mayor parte de los episodios, con escenas rodadas en Cambados, O Grove, Vilanova y, al otro extremo de la Ría, Ribeira. Precisamente, allí es donde se inician los acontecimientos, con la inmensidad de la playa de A Ladeira, en Corrubedo, como punto de partida.

Pero si una localización capta el protagonismo en pantalla es el cementerio de Santa Mariña, en Cambados. Un elemento referencial del patrimonio cambadés, protegido con la figura de BIC y que muestra en la producción todo su potencial cinematográfico. El emblemático camposanto, con la lluvia de fondo, se vuelve un lugar lúgubre, donde una madre llora a su hijo muerto en extrañas circunstancias, de lo que responsabiliza a su expareja, Violeta (Catalina Sopelana), por lo que decide encargar su asesinato.

Un encargo que aceptan Elmer (Álvaro Rico) y su controladora madre, La China Jurado (Cecilia Suárez), gestores de un vivero que hace de tapadera de un próspero negocio clandestino de asesinatos por encargo. Para Elmer, matar es la cosa más fácil del mundo, ya que un accidente le privó de sentimientos. Sin embargo, cuando planea el asesinato de la Violeta, maestra de guardería, se enamora de ella, pues a raíz de un tumor cerebral, comienza a experimentar sentimientos, lo que comienza a desencadenar fricciones entre madre e hijo por culpa del encargo.