Venta del asilo | Otros estuvieron antes en la piel de Cambados

Venta del asilo | Otros estuvieron antes en la piel de Cambados
Vista de la puerta del asilo de Cambados | GONZALO SALGADO

En este 2023, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados cumplen 150 años de su fundación. Más de un siglo dedicadas a la atención de los más mayores en un ambiente familiar, según reza su filosofía. Su labor se extiende por todo el mundo y solo en España cuentan con más de un centenar de centros y la situación del asilo  de Cambados no es única. La falta de vocaciones, dificultades financieras agravadas por el aumento general del coste de la vida, la necesidad de acometer reformas que adapten sus instalaciones a las nuevas normativas... son algunos de los motivos por los que en los últimos años se han ido despidiendo de diferentes localidades donde eran una institución y sus propiedades han corrido diferente suerte. 


En Córdoba, por ejemplo, el Ayuntamiento de Baena compró este año el asilo para su conversión en un centro del tercer sector, es decir, dedicado a personas en riesgo de exclusión y en los últimos tiempos se habla del cuidado de menores. La operación se cerró por algo más de 400.000 euros en pagos fraccionados, aunque falta añadir el coste de la reforma. La orden había anunciado su marcha en 2017, pero la administración local logró llegar a un acuerdo para que siguieran con la atención a ancianos, que, en principio, ya no se dará.

 

Otras administraciones

El Concello de la capital del albariño no quiere esto, pretende mantener el Pazo de Montesacro lejos de cualquier actividad diferente a la actual; como la única residencia de ancianos existente en la villa y, cabe recordar, que la semana próxima mantendrá una reunión con la congregación para pedirle que baje el precio –se habla de 3 millones de euros– o se intenten buscar otras vías que lo permitan. Quiere ganar tiempo para convencer a la Xunta y a la Diputación de apostar económicamente, pues tiene claro que las arcas locales no pueden asumir este coste ni tampoco tiene competencias asistenciales de este tipo. 
Hay un precedente, la Generalitat Valenciana compró en 2022 la propiedad que las Hermanitas tenían en Orihuela por 4 millones de euros y la previsión de destinar 1,7 a la rehabilitación, pero para ubicar la Residencia y el Centro Ocupacional Oriol para personas con discapacidad, después de que una DANA afectara gravemente sus instalaciones originales y no puedan volver. 


Otro caso se dio hace dos décadas en Castellón, aunque con final diferente, pues la orden se trasladó a unas dependencias más modernas y las arcas municipales desembolsaron casi 17 millones para convertir el antiguo asilo en el nuevo Consistorio. Actualmente busca fondos europeos para acometerlo.


También en la comunidad valenciana, donde las religiosas tienen la casa matriz de España,  más concretamente en Xátiva, el asilo lleva tres años cerrado. Carecía de licencia de actividad por no adaptarse a la normativa en esta materia y esto impedía subrogar el servicio de atención a ancianos, según comentaban las autoridades municipales, que descartaron la adquisición al ver “inviable” gastar entre 7 y 10 millones de euros en los que cifraron la suma de la compra y la rehabilitación. En el presente, está realizando un proyecto para construir una residencia pública. 


En la misma situación se encontraba la actividad de las Hermanitas muy cerca de Cambados, en Pontevedra, donde anunciaron su cierre en 2012 y buscaron opciones de inversión para adaptar el edificio de Loureiro Crespo. Desde la Xunta señalaron que intentaron negociar para convertirlo en un centro público, pero no hubo éxito y apostaron por uno nuevo, aunque la orden siempre ha mostrado su interés por volver si conseguía los 17 millones en que llegó a cifrar la inversión para regularizarlo. 

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