Antiguamente a los actores de una compañía de teatro cuando iban realizar una función se les decía “que tengas mucha mierda”, lo que significaba mucho éxito. El éxito se medía por el volumen de mierda que defecaban los caballos en los exteriores dado que era el medio de transporta de la gente en la época.
Los mismo pasa ahora con los partidos políticos y pseudo-medios de comunicación y redes sociales. Compiten por aportar más mierda al ambiente con bulos, mentiras, calumnias, insultos dejando fuera la verdad, la buena gestión de lo público, la honestidad, la convivencia, creando conflictos en el ambiente de cuanto peor mejor buscando el caos social y río revuelto para pescar más peces, más votos. No se centran en resolver los problemas de la gente, quieren cabrearlos culpando al contrario y lo consiguen tal como estamos viendo. Lo vimos con Alvise, que prometió acabar con la fiesta de la corrupción revelándose el más corrupto de todos, pero le votaron 800.000 ciudadanos incívicos consiguiendo 3 eurodiputados riéndose de quien los votó porque Alvise declaró que se presentara para aforarse porque ya estaba imputado.
Pero lo triste es que nuestras derechas le están imitando en manipular induciendo al cabreo dando los bulos por verdad revelada, quedando sin no resolver los problemas de la gente. Difundir mentiras no es aceptar los resultados democráticos, ni proponer solución de problemas de la sociedad no dejando gobernar a los que democráticamente fueron elegidos para hacerlo. La oposición no es armar follones en el Parlamento, es dar lecciones cívicas educadamente y aportar soluciones, votarlas y aceptar los resultados sin alborotos.
La verdad son datos reales que aburren, lo constatamos en las aulas y conferencias cuando de datos se trata. La audiencia bosteza y le da sueño. Las mentiras, bulos y calumnias emocionan y no necesitan pruebas, la verdad sí. Esta porquería que emana de grupos y partidos pagados por intereses económicos y políticos fabrican virus que entran directamente en el cerebro de la gente ya fueron usados en regímenes totalitarios. Contrataban profesionales de sicología y siquiatría como hacen hoy para engañar y manipular al pueblo. Hoy lo hacen algunos partidos aprovechando la democracia, que no crean en ella, pero se aprovechan de ella. Por algo se empieza. Una vez que ganan el poder empiezan a desmontar derechos de la gente con prohibiciones y represión imponiendo su verdad. La mentira se elabora, y exagera se modela y se remodela, para enganchar al consumidor con frustraciones latentes e inducidas para desahogarse. Siempre hubo mentiras pero ahora con los medios de comunicación y redes sociales sin control de calidad como se exige en otros productos alcanzando a más auditorio como le llamaba Aristóteles, lo que hoy se llama audiencia. Las redes sociales son arma de guerra para debilitar y cabrear la gente entre rivales y estados a nivel global para justificar la falta de calidad de vida de sus gobernados. Los campeones en estas artes son Trump, Putin y Netanyahu, para desestabilizar las democracias occidentales dando apoyo a partidos ultras como los suyos que nos quiere volver al pasado más triste. Y los tres van ganando terreno invirtiendo dinero en armamento para masacrar a pueblos enteros matando a inocentes y quedándose con sus territorios Gaza, Ucrania, y Trump pretende quedarse con Canadá, Panamá, y Groenlandia. Son invasores de territorios ajenos incapaces de gobernar los suyos. Todo este barullo forma parte de la lucha por el poder de las nuevas derechas que van más allá de la democracia liberal del pasado y por abandono de la socialdemocracia.