Feijóo lleva la aureola Galicia a Madrid

Aunque en Galicia no se notó mejora ni en la industria, ni pesca, ni el agro del rural, sanidad, educación, y sin embargo, según las encuestas, el PP cotiza en alza con Feijóo. Estamos en épocas que los electorados no tienen en cuenta la gestión, se impone el populismo y la empatía, actitud que no resuelve los problemas reales, pero cae bien. No se mojó en la gestión de las cajas, no consiguió los cacareados barco-hoteles por la empresa mexicana, PEMEX, etc. Pero ojo, Feijóo sabe argumentar y atacar con educación. Lo hizo como portavoz desde la oposición en Galicia en la época del gobierno bipartito PSdeG-PSOE y BNG presidido por Touriño convenciendo a la opinión pública de que había dos gobiernos uno del PSdeG y otro del BNG. Que estaban divididos y que además derrochaban el dinero en lujosos muebles para el despacho del presidente y la compra de lujosos coches. Aunque más tarde se supo que no era para tanto en comparación con las compras del Sr. Fraga.

Durante sus varias legislaturas, Feijóo fue el principal portavoz que se defendía de la oposición sin pestañear.

Así que ahora como presidente del PP en Madrid hace lo mismo que hizo en Galicia, y puede darle un buen resultado si este gobierno no coordina sus mensajes y un solo portavoz que solo hable en nombre del gobierno de España y los ministros de Podemos dando argumentos a Feijóo para seguir en la misma línea que hizo en Galicia, aunque en Madrid hasta ahora hace lo mismo que Casado, pero con menos estridencia, pero empieza a imitarle tratando de deslegitimar a Sánchez por no resolver los problemas en vez de proponer ayudarle a resolverlos. Feijóo hace como Casado, empieza a pedir elecciones y bajada de impuestos, como hiciera Rajoy cuando estaba en la oposición, y al llegar a presidente del gobierno subió el IVA y todo lo demás. Los gobiernos no basta con desacreditarlos, hay que proponerle resolver los grandes problemas de Estado, como la renovación de los principales órganos judiciales caducados desde hace cuatro años incumpliendo la Constitución, pero Feijóo no empezó por ahí. Feijóo vende y gestiona bien la palabra, pero eso no basta para ser buen gobernante. Cabrear y buscar cabreados en la opinión pública es fácil, pero no resuelva los intereses generales, y luego viene la decepción. Feijóo en el fondo tiene que defender la misma línea ideológica del PP como lo venían haciendo sus antecesores.

El éxito de Feijóo electoral en Galicia en parte se le debe a oposición de una izquierda fragmentada, dividida y muy sedentaria, pero en el resto de España no es lo mismo, por eso a Feijóo se enfrenta a una dura prueba.


De todas formas Madrid no es Galicia dado que allí no hay la unanimidad en los medios de comunicación como en Galicia, por lo que es ahí donde Feijóo se le verán los resultados en el tiempo.

Feijóo lleva la aureola Galicia a Madrid

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