Estamos ante el problema de una inflación desatada, no, solo, en España, sino, en toda Europa, por centrarnos en lo más cercano, aunque, con la marcha de agosto, esto dará un respiro al haber bajado el precio de los combustibles, pese a que todavía, está en niveles elevados, habrá que tomar medidas de cara a la última parte del ejercicio en que, deberá moderar. Para no complicar más el modelo económico español, el cual hace aguas por todas partes.
Cómo es sabido, las pensiones están ligadas al IPC. Con una inflación elevada, el costo para las arcas del estado, no se podría asumir, por la cantidad a pagar, sin que se resintiera el echar mano de la deuda pública e incrementar la misma. Lo más lógico, es que la inflación baje a términos asunción y se coloque en una posición media por razones económicas y no enfadar a Bruselas, donde descansa nuestra soberanía financiera, de donde parten órdenes y consejos. Quién iba a decir, que habiendo sido territorio español, en otro tiempo, ahora sean ellos, los que manden sobre los de esta parte de Europa.
La inflación, puede seguir bajando con cautela, aunque también pueda hacerse por la vía rápida, de aquí a la primavera. Si Irán, inunda de petróleo los mercados mundiales, cuya caída puede ser de importancia, siendo los más perjudicados Arabia y Emiratos Árabes, en una competencia sin cuartel. Si las negociaciones fructifican, entre dicho país y Norteamérica.
A lo dicho hay que añadir, la posible sustitución del carbón y energía nuclear, por el gas, aunque fuese una medida de corte temporal, abaratando el precio de la luz en los mercados de materias primas y añadiendo que todas las energías que entran en el pool, no coticen al precio más caro, de la última en entrar, sino, hallando la media de su entrada, en la proporción de cada cual. Todo esto podría hacer bajar la inflación, por debajo del 4%, de cara a la primavera próxima. Sí se quiere hacer.
Si además se cambian los hábitos en el consumo rechazando determinados artículos frescos, como frutas y legumbres, que no han hecho más que subir en vertical, se varía a productos lácteos y otras frutas de importación más económicas, como por ejemplo, banana, en lugar de plátano, cuyo producto está por las nubes y no tiene sentido alguno que siga a unos precios de escándalo para las familias. Logrando en ello un ahorro sustancial.
Sí además se añaden pescados congelados, en lugar de fresco, el ahorro es mayor, en la cesta de la compra y la inflación baja por su peso, la oferta, si no hay demanda, no sirve de nada. Lo que daría paso a una inflación moderada, de lo contrario el ciudadano no lo podrá resistir, la lucha contra la inflación es un problema de todos. Con el gobierno a la cabeza, pero a este, parece que ni está, ni se le espera. Cada uno tendrá que estirar su salario como pueda, mientras tanto dure esto, una dura penitencia para todos