En el corazón de Vilagarcía de Arousa siempre habrá un rincón especial reservado para Josesito Recuna, un alcalde que no solo lideró con dedicación, sino que también se ganó el cariño de todos aquellos que tuvieron la suerte de conocerlo. Su nombre resuena en las calles y plazas, no solo por su labor en la administración, sino por la calidez y cercanía que siempre mostró hacia sus vecinos.

Josesito era más que un político; era un amigo, un confidente y un verdadero defensor de la comunidad. Su risa contagiosa y su disposición para escuchar a cada uno de nosotros hicieron que su liderazgo se sintiera como un abrazo cálido en los momentos de incertidumbre. Recordamos sus charlas y comentarios donde compartía su visión de un futuro mejor para todos, siempre con una chispa de esperanza en sus ojos.

Su legado va más allá de las decisiones que tomó; se encuentra en cada sonrisa que logró inspirar y en cada proyecto que impulsó con amor y pasión. Josesito Recuna nos enseñó que la política puede ser un acto de amor hacia la comunidad, y su memoria vivirá en cada rincón de Vilagarcía, recordándonos la importancia de la empatía y el compromiso.

Hoy, al recordar a Josesito, sentimos una mezcla de nostalgia y gratitud. Su espíritu sigue presente en cada paso que damos, en cada iniciativa que busca el bienestar de nuestra gente. Gracias, Josesito, por ser un faro de luz en nuestras vidas y por dejarnos un legado de amor y dedicación que siempre llevaremos en el corazón.

Como villagarciano acompaño a su familia en su dolor. Descanse en paz el gran vilagarciano y amigo de todos.