Sin justicia imparcial, la democracia es una quimera

Ya que muchos políticos abusan del poder que les otorgan los ciudadanos/as en las elecciones olvidándose de su deber, corresponde a los jueces castigarles. Una justicia tardía, más de 10 años en dictar sentencia y luego los abogados buscarán recovecos para eludir su ejecución y las dos partes entran en círculo vicioso aún pueden seguir litigando hasta quedar en nada cuando de poderosos se trate. 


Cocemos sentencias de esta índole que nunca se ejecutaron. Solo se ejecutan las de los descalzos. Es vergonzoso el espectáculo que están dando los dirigentes de los partidos mayoritarios y de los principales órganos judiciales incumpliendo la Constitución durante más de tres años caducado su renovación. Sería deseable que se pusieran de acuerdo en el nuevo año 2022. Que la derecha tome nota lo mismo que hicieron los sectores sociales con la reforma laboral.


Conozco muchos casos de sentencias que nunca fueron ejecutadas por ser de entramados bien relacionados. Seguirá siendo mientras los responsables de los tribunales, unos sí y otros no, no cumplir las Leyes que deben ser como el libro de instrucciones de un aparato. Así sería la única forma de despolitizar la justicia.


Aunque en la teoría, la justicia es igual para todos, en la práctica dista mucho de que así sea. Así seguirá siendo mientras haya diferencia económica y relaciones de poder entre los contendientes. Se puede afirmar que aún existen clases sociales ante la ley.


La justicia debe ser gratis entre contendientes para enfrentarse a los juicios en igualdad de condiciones porque la diferencia económica entre las partes da resultados a favor del económicamente fuerte, probado porque el volumen de la cartera puede contratar gabinetes de abogados con diferentes especialidades en derecho que tumba a un solo abogado por muy bueno que sea, ya no digamos uno de oficio que cobra una miseria para dedicar al caso, ya que una persona con pocos posibles no podrá con los de enfrente. Es tan evidente como la vida misma. La justicia, con más razón, debe ser gratis como otros servicios públicos, la educación, la sanidad etc. La justicia es la columna vertebral de la democracia para que nunca se vuelva clamar “no hay derecho”. La democracia tiene que avanzar en el tiempo como otras actividades humanas actualizándose para que llegue a todos.


Uno en los demás servicios privados se puede buscar la vida aunque sea con dificultad, pero la justicia es única, y tiene la exclusividad de nuestras vidas y haciendas. De ahí que el Estado debe potenciar con medios materiales y humanos bien pagados y preparados para cumplir con su deber. Nadie puede ser tan independiente como para no aplicar las leyes en cada caso sin que quepan ideologías. Por eso las leyes tienen que ser claras, concisas sin dar lugar a dudas, como el manual de instituciones de un aparato electrónico, si no sigues las instrucciones no funciona. Y el que no lo maneje bien no debe ocupar el puesto como suele ocurrir en todas las profesiones privadas, y con más razón en lo público por ser ejercidas en exclusiva a diferencia del privado donde se puede cambiar sin causar trastorno social como en lo público.

Sin justicia imparcial, la democracia es una quimera

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