Memoria a corto plazo

Normalmente se entiende por memoria a corto plazo aquel mecanismo que nos permite retener una cantidad limitada de información durante un periodo corto de tiempo. Todos la utilizamos en nuestro día a día pero, a la vista de los recientes acontecimientos, parece que unos más que otros. Porque viendo lo que está ocurriendo con el IES Miguel Ángel González Estévez de Carril, una tiene la impresión de que determinadas mentes cortoplacistas están demostrando una capacidad de olvido asombrosa.


Tan solo han pasado dieciocho años desde que este centro educativo fuese rebautizado –por petición popular tanto de la sociedad vilagarciana en general como de la comunidad estudiantil en particular– con el nombre de quien fue uno de sus principales promotores y quien lo dirigió desde 1986 hasta 2001. Parecía en ese ahora lejano año 2004 que el nombre de Miguel Ángel permanecería para siempre vinculado al instituto que le debe gran parte de lo que es. Pero nada más lejos de la realidad.


Por motivos injustificados y me temo que injustificables, las personas supuestamente legatarias de su labor al frente del centro han decidido que lo que ellos denominan “personalismo” resulta incompatible con la memoria. Por eso creen conveniente rebautizarlo de nuevo y sustituir todo lo que significa el nombre de Miguel Ángel por un topónimo. Allá ellos con su memoria a corto plazo. Afortunadamente, hay algunos que todavía mantenemos la capacidad de recordar a largo plazo.


De ahí que aún recuerde el compromiso que Miguel Ángel demostró durante toda su vida por formar y motivar a la juventud vilagarciana, tanto en el terreno académico como en lo personal y muy especialmente en lo deportivo. Porque también recuerdo –y creo conveniente recordar– cómo gracias a su implicación y a su forma de entender el deporte, en Vilagarcía pudimos contar por primera vez con un equipo en la máxima categoría del baloncesto femenino español.


Recuerdo también cómo en determinado momento decidió dar el paso a la política y asumir las riendas del partido del que ahora mismo yo soy portavoz. Lo hizo desde su forma de ver la política: el utilitarismo. Miguel Ángel no se encasillaba en ideologías, sino que su verdadera motivación era poder ser útil a la sociedad y llegar a acuerdos que beneficiasen a todos. No era un hombre de macroproyectos, sino un hombre de muchos proyectos pequeños que generasen los máximos beneficios posibles a Vilagarcía.


Los que tuvimos el placer de conocerlo y todavía le recordamos contemplamos atónitos cómo todo esto parece borrarse de un plumazo, pero con la satisfacción de saber que hay cosas que nunca se podrán borrar ni sustituir. Porque el legado que nos dejó Miguel Ángel González Estévez es tan grande que no cabe en memorias a corto plazo.


*Portavoz del Partido Popular de Vilagarcía

Memoria a corto plazo

Te puede interesar