Profundos arrogantes

todo aquel que me conoce sabe de mi profunda admiración por Rafa Nadal, quien partido tras partido logra sorprenderme en lo puramente deportivo y, he de confesar, también en lo personal. Porque tras su última victoria en el Roland Garros y ante las eternas dudas en torno a su retirada, hizo pública una reflexión que me pareció más que acertada. Decía: “Yo pienso que las dudas son buenas y, de hecho, si uno no tiene dudas es porque es un profundo arrogante. Las cosas en la vida no son claras siempre y las dudas te ayudan a mejorar”.

Que el Gobierno local de Vilagarcía nunca duda sobre si lo que hace está bien o mal, lo sabemos todos. Y quizás por eso, siguiendo el planteamiento de Nadal, difícilmente pueden mejorar. Ni aún gastándose más de 50.000 euros en un Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) pueden mejorar la ya caótica movilidad de nuestras calles, ni remediar las nefastas consecuencias que ha supuesto el mal planteamiento de unas ciclovías que están generando más problemas que beneficios. Básicamente porque este plan tendría que haberse hecho antes de poner patas arriba la ciudad y no ahora que ya no hay vuelta atrás. Han empezado la casa por el tejado y esto no hay manera de mejorarlo. ¡Ni con PMUS ni sin él!

Pero a falta de que concluya la elaboración de este famoso Plan de Movilidad, por el momento de lo que ya se han encargado es de hacernos sentir mal a todos aquellos que tenemos coches particulares y los utilizamos para recorrer menos de cinco kilómetros. Porque, según ellos, estas distancias “son fácilmente asumibles para hacerlas andando o en bicicleta”.

¿Acaso no se dan cuenta de que en muchos casos el coche no es un capricho sino una necesidad? La necesidad de los padres y madres que, antes de irse a trabajar, tienen que llevar a sus hijos a colegios que están a menos de cinco kilómetros y no pueden permitirse perder una hora caminando para la ida y otra para la vuelta. O la necesidad de todos los que cada martes o sábado hacen los cinco kilómetros que separan Vilaxoán o Castroagudín de la Plaza de Abastos para ir al mercado y hacer la compra.

No podemos pensar que todo el mundo tiene pocos años y mucho tiempo. Con esta forma de medir por distancias cortas se están olvidando de las personas mayores, de las personas con movilidad reducida y de todas aquellas personas que tienen poco tiempo para muchas cosas. Así es la realidad en la que vivimos: trabajas, llevas a los niños a inglés, a danza, a piscina… Y en ningún caso de recibo que lo que hasta ahora era una opción, quieran convertirlo en una obligación. Sería tremendamente injusto.

El Gobierno socialista de Vilagarcía parece que ignora esta realidad y además se autoconvencen para no querer verla. Están tan seguros de sí mismos que son incapaces de admitir ningún tipo de duda o cuestionamiento. Pero yo, sin embargo, pienso como Rafa Nadal: dudar es bueno porque te ayuda a mejorar. Y si uno no tiene dudas, es porque es un profundo arrogante.

*Portavoz del

Partido Popular de Vilagarcía

Profundos arrogantes

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