Los electores premian el trabajo político y la unidad del partido, como demostraron el PP y el BNG, mientras el PSdeG se viene desmoronando en cada elección autonómica por luchas internas que al hacerse externas les hace perder votos.
El PSdeG- PSOE pierde porque viene cambiando secretarios generales (van 11), mientras el PP y BNG cambiaron tres cada uno. Lo mismo pasó en el BNG con Beiras que pasó de un diputado a 18, pero les pareció poco siendo sustituido por Anxo Quintana llegando a ser vicepresidente de la Xunta con Touriño, que no supieron coordinarse, cosa que aprovechó el PP diciendo que había dos gobiernos en la Xunta. Sin embargo el bipartito tuvo una gestión aceptable aunque las trifulcas le hicieron perder las elecciones al dar una imagen de división.
Desde entonces el PSdeG con sus luchas personales y el BNG también se dividió en varias facciones, AGE, Anova, Mareas, por cierto, esta última dio la sorpresa de ganar las alcaldías más importantes de la provincia como A Coruña, Santiago, Ferrol, perdiéndolas tan rápido como las ganaron.
Queda claro que las divisiones internas de los partidos son la causa de perder elecciones, mientras el partido unido gana, aunque haga poco. Cuando un partido cambia el candidato a la primera que pierde unas elecciones, (caso del PSdeG), el fracaso electoral está asegurado.
Es tan importante el trabajo político unitario del partido que ahí tenemos la prueba de la líder del BNG, Ana Pontón, que la mantuvieron candidata tres veces a pesar de no haber ganado las elecciones y ahora sería presidenta si el PSdeG no cayera tan bajo, en vez de rascarles votos a la derecha y mantener los 14 diputados dado que tanto el PSOE como el PP son partidos de Estado y los votantes cambian en cada elección.
El BNG confió en Ana Pontón como candidata indiscutible, y ahí tenemos los resultados, pasando de 19 diputados a 25, mientras el PSdeG-PSOE bajó de 14 diputados a 9. Echaron a Gonzalo Caballero de secretario general (número 10) y de portavoz en el Parlamento gallego por malos resultados y pusieron a Valentín Formoso como secretario general (número 11), que no quiso ser candidato a presidente de la Xunta, poniendo a Besteiro dándole una alegría al PP. Ahora son responsables de que no haya gobierno progresista en la Xunta los dirigentes del PSdeG-PSOE porque ni siquiera fueron capaces de retener los 14 diputados que sumados a los 25 del del BNG serían 39, uno más que la mayoría absoluta.
Desde las primeras elecciones autonómicas en 1981 al 2024 van 43 años, de los cuales 36 años son de gobierno del PP, 3 años el PSdeG con Laxe de presidente, que aumentó diputados, pero no ganó las elecciones y 4 años de Touriño. Total, 7 años de gobierno progresista, que en en los dos casos no fueron capaces de revalidar la legislatura por divergencias internas. Unidad y trabajo es la clave.