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jueves | 8 mayo | 2025
Una investigación reciente, llevada a cabo por un equipo internacional de científicos de la Universidad Edith Cowan, la Universidad Queen's de Belfast y la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan, arroja luz sobre el papel crucial que podría desempeñar una dieta rica en flavonoides en el fomento de un envejecimiento saludable.
El estudio destaca que un mayor consumo de alimentos como el té negro, las bayas (fresas, arándanos, moras, frambuesas, cerezas), los cítricos (naranjas, limones, pomelos) y las manzanas se asocia significativamente con un menor riesgo de desarrollar fragilidad, un mejor mantenimiento de la función física a lo largo del tiempo y una salud mental más robusta en la edad adulta.
Los flavonoides, una amplia familia de compuestos polifenólicos que se encuentran de forma natural en numerosas plantas, son reconocidos por su potente actividad antioxidante. Este efecto es fundamental en la lucha contra el estrés oxidativo, un proceso en el que los radicales libres dañan las células del cuerpo, contribuyendo al envejecimiento y al desarrollo de diversas enfermedades crónicas.
Además de su capacidad antioxidante, los flavonoides exhiben propiedades antiinflamatorias, lo que los convierte en aliados importantes en la prevención de enfermedades relacionadas con la inflamación crónica, un factor subyacente en muchas condiciones asociadas al envejecimiento.
La investigación sugiere que los beneficios de los flavonoides para un envejecimiento saludable van más allá de la simple protección celular. Estos compuestos bioactivos también parecen desempeñar un papel en el mantenimiento de la salud vascular, favoreciendo la elasticidad de los vasos sanguíneos y una circulación eficiente, lo cual es vital para la función física y cognitiva.
Algunos estudios preliminares incluso apuntan a la capacidad de ciertos flavonoides para influir positivamente en la preservación de la masa muscular esquelética, un componente esencial para evitar la fragilidad y mantener la independencia en la vejez.
La diversidad de los flavonoides, que incluye subclases como las flavonas (presentes en el perejil y el apio), los flavonoles (abundantes en cebollas y manzanas), las flavanonas (características de los cítricos), las antocianidinas (responsables de los colores vibrantes de las bayas) y las isoflavonas (encontradas en la soja), sugiere que una dieta variada que incorpore diferentes fuentes de estos compuestos puede ofrecer una gama más amplia de beneficios protectores.
Si bien el estudio se centra en los flavonoides, los investigadores enfatizan que un patrón dietético global saludable es clave para un envejecimiento exitoso. Esto implica la inclusión regular de una variedad de frutas y verduras, que aportan no solo flavonoides sino también otras vitaminas, minerales y fibra esenciales.
Los granos integrales, las proteínas magras (como el pescado, rico en ácidos grasos omega-3, conocidos por sus efectos antiinflamatorios y neuroprotectores), las legumbres, los frutos secos y las semillas también juegan un papel importante en el aporte de nutrientes necesarios para mantener la salud a medida que envejecemos.
Esta nueva investigación refuerza la idea de que las elecciones dietéticas tienen un impacto significativo en el proceso de envejecimiento. Fomentar un consumo regular de alimentos ricos en flavonoides, dentro de un contexto de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable, podría ser una estrategia prometedora para promover una vejez más activa, saludable y con una mejor calidad de vida.
