Nuevos tratamientos para la rosácea

Nuevos tratamientos para la rosácea
Piel enrojecida de una paciente con rosácea I CEDIDA

Un año más, la rosácea se convierte en la gran protagonista de abril, mes dedicado a la concienciación mundial de esta enfermedad inflamatoria. El rostro – párpados incluidos – y el cuero cabelludo son los grandes afectados de esta patología autoinmune, que cursa con granitos, rojeces y vasos sanguíneos dilatados (telangiectasias). Sin embargo, más allá de la huella estética, la rosácea cuenta con una clara implicación psico-emocional que genera una merma en la autoestima de quien la padece.

 

En IMR, centro de dermatología de vanguardia, son expertos en el tratamiento de esta enfermedad crónica gracias al expertise del Dr. Ricart, su Director Médico, quien comenzó a padecer los efectos de la rosácea al cumplir los treinta. Su experiencia personal y una exhaustiva investigación a lo largo de toda su trayectoria médica, le ha llevado a desarrollar el “Protocolo IMR Rosácea”.

 

“Recuerdo el inicio como un periodo descorazonador. Empecé con los tratamientos que se hacían entonces y no conseguía los resultados que yo esperaba, y si tener esa presencia de granos es algo que a cualquier persona le genera estrés, siendo dermatólogo ni te cuento. Con el tiempo y con mi propia experiencia, constancia y análisis, conseguí desarrollar un protocolo realmente efectivo para eliminar la rosácea. Es el protocolo IMR Rosácea, que llevamos años empleando en nuestras clínicas y que ha conseguido resultados excelentes en todos los casos” explica. 

 

Por ese motivo, en IMR tratan la rosácea desde su origen, ya sea por predisposición genética, una mala microvascularización, un exceso de sebo, una función barrera alterada o la presencia excesiva del demodex. Este último, un ácaro minúsculo que forma parte de la flora cutánea y vive en la glándula pilosebácea, es particularmente abundante en quienes padecen rosácea, causando una especie de reacción inflamatoria, que da pie a la aparición de un aumento de la vascularización, telangiectasias, engrosamiento de la piel, rojeces e incluso rinofima (nariz engrosada), explica el Dr. Ricart. 

 

Algunos de los tratamientos novedosos que ofrecen son:

 

  1. Kleresca. La solución integral para combatir el acné y la rosácea.
    Es innegable que acné y rosácea van de la mano, dado que el exceso de sebo provoca un desequilibrio en la función barrera, que a su vez da lugar a una piel alta sensibilizada, donde las rojeces, la deshidratación y las imperfecciones son habituales. Por ese motivo, Kleresca es uno de los protocolos menos invasivos y más completos que existen para combatirla desde su origen.
    Este tratamiento basado en la terapia biofotónica actúa mejorando tanto el acné como sus posibles cicatrices, la rosácea y los signos del envejecimiento. Para ello se aplica un gel sobre todo el rostro (a modo de mascarilla), que al exponerlo a una luz multiLED penetra en la dermis, eliminando las bacterias responsables de esta patología (demodex), reparando los tejidos y estimulando la producción de colágeno. Por si fuera poco, Kleresca combate los efectos de la rosácea, esos que cursan en brotes que aumentan el enrojecimiento, el rubor y las arañas vasculares. Gracias a la acción de este protocolo se reduce la inflamación, la presencia de pápulas y la sensación de escozor, mejorando la microvascularización.
    Este tratamiento es perfecto para cualquier edad y época y sigue actuando hasta un año después de haber finalizado el tratamiento. La sesión, cero invasiva, dura solo diez minutos y se recomiendan un total de doce sesiones (dos a la semana durante seis semanas). Después, basta con aplicar fotoprotección los días posteriores.
     
  2. Láser de luz pulsada intensa o IPL. 
    Uno de los tratamientos más versátiles para tratar la rosácea y rejuvenecer el rostro. Un poco más molesto que Kleresca, pero excepcional en el tratamiento de la rosácea, la luz pulsada intensa permite a los especialistas de IMR abordar una gran variedad de problemas de la piel de forma rápida y en una sola sesión. Y es que además de minimizar el enrojecimiento, el acné o las telangiectasias tan típicas de la rosácea, actúa sobre las manchas o la apariencia de arrugas y líneas de expresión. No en vano, la luz pulsada estimula la producción de colágeno, mejorando tanto el tono como la textura de la piel. Adicionalmente, es capaz de eliminar las bacterias que causan los brotes de acné y reduce la inflamación, lo que se traduce en una piel más uniforme.
    Para ello, el especialista de IMR realizará un análisis previo de cara a establecer un diagnóstico preciso y pautar el número de sesiones necesarias para el correcto tratamiento de la rosácea. Al igual que con Kleresca, tras el protocolo y en los días posteriores, se recomienda aplicar fotoprotección en la zona tratada.
     
  3. Fotoprotección médica personalizada
    La fotoprotección es clave en cualquier patología dermatológica que se precie, pero especialmente en la rosácea, y es que la evidencia científica ha demostrado que empeora con el sol, explica el Dr. Ricart. Por ese motivo, en IMR se pauta a todos los pacientes con rosácea, tanto fotoprotección oral como tópica, específica para su patología. Hablamos de la fotoprotección médica personalizada, una de las últimas tendencias en dermatología a nivel mundial. ¿Su objetivo? Identificar las distintas necesidades de fotoprotección cutánea del paciente, teniendo en cuenta no solo su fototipo, sino su tipo de piel, la edad, el estilo de vida o los factores ambientales a los que se ve sometido en su día a día. De esta manera, el dermatólogo puede ofrecer un enfoque integral contra el daño solar, considerando medidas personalizadas para cada paciente en función de las patologías o afecciones que requieren una protección solar específica. En este sentido, los filtros orgánicos e inorgánicos ofrecen una protección elevada, pero es importante la presencia de filtros biológicos u otras moléculas con aval científico, que aporten beneficios adicionales.
     
  4. Estudio del microbioma intestinal
    Adicionalmente, el Dr. Ricart recomienda a sus pacientes un estudio exhaustivo del microbioma, ya que numerosos estudios demuestran que la flora intestinal tiene una relación directa con todas las enfermedades inflamatorias que padecemos, entre ellas la psoriasis y la rosácea. Hablamos de un abordaje bastante novedoso, que, mediante un ajuste alimentario y la suplementación con probióticos, hace que los pacientes con rosácea mejoren sustancialmente.

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