Rompiendo esquemas: el ejercicio, a cualquier intensidad, frena el deterioro cognitivo del Alzheimer

Un ensayo clínico de 12 meses revela que toda actividad física se asocia con la disminución del deterioro cognitivo en comparación con el sedentarismo
Rompiendo esquemas: el ejercicio, a cualquier intensidad, frena el deterioro cognitivo del Alzheimer
Una mujer corre junto a su perro durante una prueba de un circuito de agility I ROGER CHAPMAN

Investigadores de la Universidad de California en San Diego y la Universidad de Wake Forest han demostrado que tanto el ejercicio de baja como de moderada-alta intensidad podrían ser herramientas valiosas en la lucha contra la enfermedad de Alzheimer, ofreciendo esperanza para preservar la función cognitiva en adultos mayores.

 

El innovador estudio EXERT

Publicado en dos artículos en la prestigiosa revista Alzheimer's and Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association, la investigación presenta los resultados del estudio EXERT (Exercise in Adults with Mild Memory Problems - Ejercicio en Adultos con Problemas Leves de Memoria). 

 

Este ensayo clínico multicéntrico, coordinado por el Alzheimer's Disease Cooperative Study (ADCS), se centró en evaluar el impacto de diferentes intensidades de ejercicio en adultos mayores sedentarios diagnosticados con deterioro cognitivo leve amnésico, una condición reconocida como un factor de riesgo significativo para desarrollar demencia de Alzheimer.

 

Para llevar a cabo el estudio, cerca de 300 participantes fueron asignados aleatoriamente a dos grupos de intervención durante un período de 12 meses. Un grupo participó en un programa de entrenamiento aeróbico de intensidad moderada-alta, mientras que el otro realizó actividades de menor intensidad enfocadas en estiramientos, equilibrio y rango de movimiento. Es importante destacar que los participantes se ejercitaron de 3 a 4 veces por semana bajo la supervisión de entrenadores cualificados de la YMCA, lo que garantizó la adherencia y la correcta ejecución de los ejercicios.

 

La cognición se mantiene

Los hallazgos más significativos del estudio revelaron que la función cognitiva se mantuvo relativamente estable durante los 12 meses de intervención en ambos grupos de ejercicio, tanto en el de baja como en el de moderada-alta intensidad. 

 

Este resultado es especialmente prometedor al compararlo con datos existentes de individuos con características similares que solo recibieron la atención habitual, como revisiones médicas periódicas y manejo de medicación. En este grupo de control, se observó un deterioro cognitivo más pronunciado a lo largo del mismo período.

 

Además de la estabilización de la función cognitiva, el análisis de las imágenes cerebrales de los participantes reveló una tendencia a una menor pérdida de volumen cerebral en ambos grupos de ejercicio EXERT en comparación con el grupo de control. Este efecto protector se observó incluso en regiones cerebrales clave como la corteza prefrontal, área fundamental para la planificación, la memoria de trabajo y otras funciones ejecutivas que suelen verse afectadas en las primeras etapas del Alzheimer.

 

Prevención y el tratamiento

Los investigadores interpretan estos resultados como una fuerte evidencia de que la actividad física regular, independientemente de su intensidad, puede desempeñar un papel crucial en la ralentización del deterioro cognitivo en adultos mayores con riesgo elevado de desarrollar Alzheimer. 

 

Este estudio subraya la necesidad de considerar el ejercicio como una estrategia preventiva y complementaria valiosa en la lucha contra esta devastadora enfermedad. Fomentar la incorporación de actividad física adaptada a las capacidades de cada individuo podría tener un impacto significativo en la preservación de la salud cerebral a medida que envejecemos.

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