Los vikingos llegaron para conquistar pero acabaron conquistados. Conquistados por un entorno espectacular con las torres presidiendo, por la música que mecía sus drakkars por el Ulla y por un ambiente de excepción que nunca falta en una de las fiestas más emblemáticas de Arousa. Catoira vivió su día grande vigilada por un sol intenso, al que no aplacó ni las brisas del río, pero con unas ganas de Romaría que no se dejaron aplacar bajo ninguna circunstancia.
Un multitudinario Desembarco devolvió Oeste a la época fortificada, en la que los saqueos eran frecuentes en un mundo marcado por la guerra. Pero, en esta ocasión, las armas eran la alegría y las ganas de fiesta, con una dramatización que contó con la espectacular animación de 'Troula' desde horas antes y, ya desde las doce y media del medio día, con los drakkars asomando por las aguas del Ulla, con el pasacalles de 'As faunas do Bosque'.
Fueron miles de personas las que se dieron cita en el entorno presidido por As Torres para no perderse ni un detalle del desembarco, a poder ser, en primera cita. La Romaría Vikinga es una de las citas que más atrae a los visitantes que llegan a Galicia en verano, por la historia que recrea y por su buen ambiente. Una alegría que toma la localidad durante toda la semana que dura la programación de una romería que empezó con unos pocos asistentes y que se ha convertido en un evento de interés internacional.
Este año, la Vikinga contó un atractivo a mayores: Ver los drakkars inspirados en las embarcaciones de siglo XI luciendo en todo su esplendor, ya que el Concello de Catoira llevó a cabo una intensa restauración. Durante toda la mañana, la Guardia Civil estableció controles en la zona e inmediaciones, para evitar conductas arriesgadas e infracciones al volante. A lo largo del entorno de As Torres, puestos de comida se disponen para que ningún guerrero vea decaer sus fuerzas, a lo que se suma el reparto de mejillones.
Otro de los escenarios del día grande de la Romaría Vikinga es el mercado medieval, entre la Avenida da Ponte y la Estación, que cerrará sus puertas a las diez de la noche, justo a tiempo para disfrutar de las últimas actuaciones del Viking Music, a cargo de A Banda da Loba y Orquestra Bravú Xangai.