Una alta proporción de viviendas con más de 30 años de antigüedad; una baja representación de obra nueva, especialmente tras 2010 o un débil dinamismo en la renovación e un parque inmobiliario muy dependiente de las dinámicas del mercado nacional y autonómico son algunas de las amenazas y debilidades que afectan al sector en Vilagarcía. Así se recoge en el propio documento de la Estratexia Urbana 2030, que fue promovida en el marco de la Agenda 20-30 por el Concello de Vilagarcía. También hay fortalezas, como la posición estratégica del municipio, con acceso a importantes vías de comunicación, o la capacidad para diversificar la oferta, así como la posibilidad de acceder a fondos europeos, pero, por el momento, la situación cuenta con diversos problemas.
Uno de ellos, la antigüedad del parque. Y es que 14.173 de las 30.394 viviendas con las que contaba Vilagarcía en el tercer trimestre de 2023 (periodo en el que se realizó el documento, aprobado por el Pleno en el pasado mes de febrero), son anteriores a 1990. Es decir, cuentan con más de treinta años. El resto, la gran mayoría fueron realizadas entre 1991 y 2011 y, de forma muy relevante, entre 2000 y 2009, cuando se pusieron en marcha un total de 8.930 hogares. Frente a eso, y en los trece años siguiente a 2010, solo se edificaron 1.809.
Por otra parte, la tipología de la mayor parte de las viviendas es familiar, en consonancia con el comportamiento inmobiliario de la provincia de Pontevedra, según se destaca del análisis elaborado para la Agenda Urbana.
Otro dato preocupante es el número de viviendas vacías, aunque en este sentido hay que tener en cuenta las ligeras mejorías que se pudieran realizar en los últimos dos años. En este sentido, la media vilagarciana es del 22,3 por ciento, muy superior a los algo más de 14 puntos de la provincia y estatal. A esto se suma que la ciudad arousana cuenta con un 71 por ciento de inmuebles que se utilizan como alojamientos secundarios, es decir, para pasar unas fechas determinadas, como las vacaciones de verano. También se suma a este panorama que, en los últimos años, varias de las rehabilitaciones que se llevaron a cabo fueron para destinar los edificios, al completo, a pisos turísticos.
Otra de las características que se analizan en el documento es el modelo de asentamiento, detectando una concentración de servicios y equipamientos en el centro urbano “y escaso en el rural”, aunque también un modelo de desarrollo “en línea con los ODS de la Agenda Urbana” y numerosos espacios públicos verdes. El impulso de la sostenibilidad y la regeneración urbana se ven como oportunidades.