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sábado | 27 abril | 2024
La autorización –o no– del alquiler turístico en Vilagarcía por parte de las comunidades de vecinos está empezando a incrementarse en este 2024. Varias comunidades de propietarios tienen ya programado el debate sobre una cuestión que preocupa –y mucho– en la capital arousana. Así pues administradores de fincas ya tienen en el orden del día de varios edificios esta cuestión, no exenta de debate. “Llevamos varios alquileres turísticos desde hace un tiempo y nunca hemos tenido ningún problema, ni nosotros ni los propietarios”, aseguran desde Fogar Xestión. Desde aquí señalan que “el alquiler turístico no se puede prohibir salvo que en los estatutos de la comunidad figure como tal. Se puede regular y lo que se estime ya dependerá de las normas que establezca la comunidad”, indica. Eso sí, para autorizarlos deberán estar de acuerdo las tres quintas partes de los propietarios. “Sí recibimos bastantes consultas al respecto de este asunto”, reconocen.
Esta misma semana en Lema Administración de Fincas tuvieron una reunión de la comunidad en la que se debatió precisamente la regulación del alquiler turístico. “Salió que no”, explican. Señalan que “la gente que está fuera pues generalmente vota que sí y la que vive ahí a lo largo de todo el año pues muchas veces se posiciona en contra”. Hay inmuebles en los que haber autorizado el alquiler turístico ha derivado en que esos propietarios abonen más por la comunidad, aunque eso ya son normas propias. “Empezamos a notar ahora esta cuestión”, reconocen en Lema.
Lejos de sufrir el problema que sí se percibe en zonas gallegas como Santiago o Vigo en Vilagarcía existe desde hace ya unos años un problema con el alquiler de viviendas para todo el año motivado, entre otras cuestiones, por el “boom” del alquiler turístico. De hecho en muchas inmobiliarias ni siquiera disponen de viviendas posibles para arrendar, dado que muchos propietarios optan por abrir el alquiler por semana o por días durante los meses fuertes del verano y aprovechando el hecho de que las plazas hoteleras en la capital arousana son, más bien, escasas. Esto hace que los inmuebles disponibles alcancen precios muy elevados por la escasa oferta y la mucha demanda y que acceder a una vivienda en Vilagarcía sea –cada día– más difícil.
Cabe recordar que el propio gobierno local está sopesando la posibilidad de solicitar la declaración de “zona tensionada”. Esto podría conllevar la regulación (con un tope máximo e incluso uno mínimo) de los alquileres que se pidan por vivienda, tal y como el propio Ministerio emitió hace tan solo unas semanas.
De hecho la propia administración estatal establecía como precio máximo para el alquiler de un piso en la zona más céntrica de Vilagarcía –que incluye Plaza de Galicia y calles aledañas como Rey Daviña, Arzobispo Lago, Edelmiro Trillo, Fariña Ferreño, Praza da Independencia o Arzobispo Xelmírez– un total de 583,86 euros al mes. Una cifra que está muy lejos de lo que se paga en estas zonas de la ciudad al mes por el alquiler de un piso normal.
Otro de los fenómenos derivados del incremento de los alquileres turísticos en la capital arousana se está percibiendo con la reconversión de bajos comerciales en viviendas, siguiendo una legislación autonómica de hace ya una década, pero que en Vilagarcía no había empezado a percibirse hasta hace apenas un año. Así pues en el Concello ya figuran varias solicitudes de licencia de obra para reconvertir bajos que están inutilizados desde hace tiempo en viviendas. La mayoría –situadas en lugares estratégicos como puede ser la avenida Rosalía de Castro y apenas unos metros de la playa– con clara intencionalidad para el alquiler turístico. Tanto a lo largo de los meses de invierno (con mucha menos presión en Vilagarcía) como en la temporada estival que ya empieza en junio y ahora en los últimos años se ha prolongado casi hasta el mes de octubre.
La problemática de la falta de alquiler también viene derivado por la falta de acceso a vivienda pública en Vilagarcía, con precios más asequibles tanto a nivel de alquiler como de compra. De hecho las últimas que se construyeron son las que están en el Bosque de Desamparados, hace ya 15 años. Existen demandantes apuntados en el Rexistro oficial de la Xunta para este menester, pero sin promociones nuevas es complicado solucionar esta elevada demanda.
