El campo de batalla del salario mínimo interprofesional

El campo de batalla del salario mínimo interprofesional
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El planteamiento de la subida del Salario Mínimo Interprofesional promete ser una discrepancia del nuevo Gobierno de coalición, ya que todavía no existe consenso en el establecimiento de la cifra.

En realidad, el Salario Mínimo Interprofesional o SMI es el valor del salario mínimo que recibe un trabajador por la jornada legal de trabajo, independientemente del tipo de contrato que tenga (indefinido o temporal). El SMI es una cifra anual, que puede dividirse en 12 o 14 pagas mensuales, según el país en el que nos encontremos. En España el SMI ha quedado fijado en 900€ al mes en 2019, ya que se acostumbra a publicar en 14 pagas anuales (1.050€ al mes si contemplamos 12 pagas anuales), es decir 12.600€ al año.

Es interesante ponernos en antecedentes para poder analizar las cifras, fue en diciembre de 2018 cuando el Gobierno aplicó la última subida, incremento cifrado en 191,40€ mensuales (expresado en 12 pagas anuales) respecto al salario anterior, un alza de 22,3%. Esta subida fue llevada a cabo de forma unilateral por el Gobierno, con un incremento mayor que el IPC de 2018 que es del 1,2%, superando expectativas planteadas en las mesas de negociaciones que se habían llevado a cabo entre empresas y sindicatos. En el marco actual, el Gobierno se comprometió a realizar una nueva subida al SMI, previa consulta a patronal y sindicatos, con el horizonte de alcanzar un 60% del salario medio de España al final de la legislatura, que se traduciría en 1.341,66€ mensuales (expresado en 12 pagas anuales), un 28% más que el actual y estableciéndolo como el equilibrio ideal que converge con la opinión de Europa.

En el escenario europeo, la Comisión Europea tiene previsto iniciarse en la senda de un salario mínimo europeo, que tiene como objetivo que el salario mínimo se establezca en cada país al equivalente del 60% del salario medio, no fijar un salario mínimo común para la UE. Medida aclamada y reclamada por ciertos socios europeos que ven como los costes laborales de Europa central y del Este, están por debajo de la media y temen que les resten competitividad en sectores con posibilidad de desplazamiento de trabajadores (p.ej. el transporte). 

Otra medida de calado impacto laboral, que la Comisión Europea propone en su agenda, es la creación de un seguro europeo de desempleo, cuyo objetivo sea rescatar de riesgo de pobreza a 110 millones de europeos. Se trataría de una red de seguridad y ayuda ante shocks económicos como el que sufrió España en plena crisis económica, cuando la factura de desempleo se cifró en 30.000 millones de euros anuales.

La subida del SMI, sin duda, tanto si se aborda desde una perspectiva nacional o internacional, no se escapa de ser una decisión polémica, cuyos efectos en el mercado laboral, indudablemente no son evaluables a corto plazo. En la Seguridad Social donde se registran este tipo de indicadores, a cierre del 2019 se admitió que se pasaron al mercado negro 13.000 empleadas de hogar y se perdieron horas computadas en el sector agrario como compensación a la subida aplicada, estos trabajadores se consideran los más vulnerables. Por otra parte, cabe mencionar, que se han mejorado los ingresos en la Seguridad Social a través de las cotizaciones, no tanto por la reducción de desempleo (se registraron a cierre del 2019 a penas 38.700 desempleados menos que doce meses antes) si no por el impulso al alza de los salarios.

El Gobierno para esta legislatura, datada hasta el año 2024, tiene en perspectiva objetivos en materia social ambiciosos: derogar la reforma laboral de 2012 junto con la modificación de las causas para el despido objetivo, la materializada subida de las pensiones y la ya mencionada subida del SMI.

Cabe esperar como se concretan las medidas propuestas, evaluar el impacto en el mercado laboral de las distintas medidas adoptadas, en paralelo de la convivencia con las innovadoras formas de trabajo digital e implantación de la robotización y consecuentemente analizar su efecto en la economía real. 

Noelia Puceiro es la directora de INTER Asesoría

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