La organización de la Festa da Ameixa repartirá hoy medio millar de platos de paella, en una noche para abrir boca para la gran comilona de mañana. El manjar, elaborado con bivalvos de la Ría, estará elaborado por el conocido cocinero Miguel Mosteiro y podrá degustarse a partir de las 21:30 horas.
Los preparativos comenzarán ya por la tarde, con la colocación de las mesas y la carpa bajo la Alameda de Carril, donde se cocinará el arroz. Los precios son populares, a cinco euros la ración, ya que desde la propia organización señalan que el objetivo es dar a conocer el producto.
También la variedad que la almeja adquiere en la cocina. La forma más mundial es “a la marinera”, con la salsa en la que se elaborará mañana el domingo, pero la paella, a la plancha, en fideuá o en empanadas como las que han hechos famosos a restaurantes de Carril, son otras de las formas de degustar un manjar que cuenta, además, con numerosas propiedades nutricionales.
Los tickets para la paella, al igual que los de la propia Festa da Ameixa, se pueden adquirir hoy por la mañana, en la venta anticipada en la Praza de Galicia, pero también por la tarde, en el bar de la Cofradía.
Está previsto que las primeras raciones se repartan a partir de las diez de la noche. Miguel Mosteiro, nacido en Boiro, cuenta con una experiencia de décadas en el sector gastornómico. Así, trabajó para marcas como la conservera Escurís o en la cocina del restaurante Chicolino, así como chef d de diversos eventos. Desde hace un tiempo, se encuentra al frente de su propio proyecto, Gastrolab. Será el encargado de cocinar la paella que se servirá esta noche, en el privilegiado entorno que mira a la isla de Cortegada.
Un escenario natural que, ya de mañana, acogerá una Festa da Ameixa que cumple tres décadas. La organización, la Confraría de Carril prevé vender unas 8.500 raciones de almeja japónica. Para ello, detrás de los fogones decenas de personas trabajarán para que todo esté a la perfección y la salsa que hace famoso a Carril por todo el mundo enriquezca todavía más a la almeja japónica, sembrada y cultivada en las aguas carrilexas, por las manos de estas mariscadoras y mariscadores sin las que no sería posible un evento así.