Aunque las mañanas y las tardes siguen siendo cálidas para esta época del año, las noches llegan para recordarnos que ya está avanzando noviembre y se aproxima el invierno. Mientras, las fiestas típicas del otoño recorren la geografía arousana y la jornada de ayer fue una buena demostración.
Sobradelo y Rubiáns celebraron sus magostos, una cita que sirve para recaudar fondos, en el primer caso, pero también para confraternización de los vecinos, que lo pasan en grande. Sobre todo los más pequeños de la casa, que no dudaron en ir disfrazados.. Y es que hace tiempo que Halloween, Samaín y Magosto se dan la mano sin ruborizarse y terroríficos personajes comen castañas completamente tranquilos.
Fue la estampa que se vivió ayer en el centro cultural de O Souto, donde también hubo espacio para divertidas actividades, como bailes o talleres de pintacaras, y donde además de castañas se pudieron degustar otros manjares, como los chorizos.
El día anterior, la Escuela Infantil Municipal de A Lomba también organizó un evento similar. Los pequeños alumnos acudieron ataviados de hojas, leñadores y otros elementos típicos de esta estación. El centro organiza de forma periódica este tipo de actividades, para que los niños disfruten de una jornada diferente.
En Sobradelo, el magosto sirvió también para recaudar fondos para la comisión de fiestas de la parroquia. Fue una cita muy completa, en la que la oferta gastronómica se completó con música y baile, a cargo de la agrupación tradicional Nós de Sobradelo. Además, durante la tarde se llevó a cabo el sorteo de una cesta de Navidad. Tras las castañas, hoy llega el turno de los cogumelos, de la mano de A Cantarela. Y es que, dentro del Outono Micolóxico, tendrá lugar la apertura de las exposiciones de fotografía, dibujo o maquetas, entre otras.