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viernes | 26 abril | 2024
Son muchos los cambios que se han producido desde que el 12 de junio de 1990 Garzón y Zaragoza revolucionaran Arousa con la Operación Nécora, que marcó un antes y después en la lucha contra el narcotráfico. También en el ámbito del consumo.
“Las cosas han cambiado notablemente, pasando de la adicción a la heroína, fundamentalemente entre sectores sociales marginales, hasta el policonsumo de diversas sustancias vinculado a al cultura del ocio”, señala Fernando Alonso, de la Fundación Galega contra o Narcotráfico. La mayor parte de las incautaciones policiales que se producen actualmente son de cocaína. También esta es la adicción, junto al alcohol, que más pacientes lleva al SPAD de Vilagarcía. Su directora, Carmen Mariño, recuerda que cuando comenzó a funcionar el servicio, en 1986 en Vilanova, el 99% de los que acudían eran heroinómanos. Hoy el perfil ha cambiado.
“En 2012 había 60 pacientes por cocaína y casi a ala par por alcohol y tabaco. Las drogas legales son los graves probelmas de hoy en día porque van en aumento”, señala Mariño.
En el primer caso, son cada vez más jóvenes los adictos a la bebida que llegan a las consultas del SPAD. “Los adolescentes consumen ingentes cantidades y además es destilado. A veces en una sola noche consumen la cantidad recomendada para un mes y además son menores, que aún no acabaron de crecer. La mayoría de edad no es solo para conducir”, señala la directora del SPAD, que coincide con el gerente de la Fundación a la hora de vincular el ocio y el consumo.
“Se consume para buscar diversión. Está asociado a momentos de ocio y extendido entre amplios sectores sociales”, dice Alonso. Una situación que también se da con el cannabis. “Para nada es una sustancia que no dé problemas. Crea dependencias y puede alterar comportamientos, no se puede normalizar ese consumo. Otra cosa es que un especialista recete tratamientos con THC”, señala.
También la cocaína “está muy aceptada entre la gente”, en palabras de Mariño, que señala que “la diferencia mayor es que ahora los narcotraficantes se admiten en los grupos. Antes no”, anque también apunta que “hay ucha gente sana de 20 y 30 años, que no está de acuerdo con este sistema”.
Un diagnóstico con el que no coincide Alonso, que percibe como una de las “victorias” de la Nécora “el fin de la impunidad social y judicial de los narcotraficantes. A pesar de graves excepciones y muchas áeras de mejora en estos aspectos, es un hecho que los traficantes son rechazados de forma generalizada por la sociedad gallega”, aunque también reconoce que en los últimos años y en algunos sectores se produjo un retroceso “amparado por la crisis económica y la falta de trabajo”.
En lo que coinciden ambos es en la necesidad de dar a los jóvenes una alternativa al ocio relacionado con el consumo. La FGcN organiza con periodicidad actividades artísticas y deportivas mientras que el SPAD trabaja desde Primaria en el ámbito de la prevención.
