Un reivindicativo cartel reclama que la parroquia de Cornazo pueda disponer de la casa de Agustín Romero. El ‘indiano’, que hizo fortuna en Uruguay y siempre miró por su parroquia natal, donde promovió diversas actuaciones, falleció en 1929, dejando su casa para una orden religiosa llamada ‘de los Hermanos de la Doctrina Cristina’. Sin embargo, en su testamento dejaría especificado, con dotación económica incluida, que sería para la construcción de un colegio.

Y es aquí donde surge el debate para el aprovechamiento de este chalet, que casi un siglo después precisaría de una rehabilitación para su uso, sobre todo tras el deterioro sufrido en los últimos años, desde que dejó de estar habitada. Además, cerca de Cornazo, en A Lomba, existen ya varios centros educativos, por lo que probablemente no sería este el fin más necesario.
 

Eso sí, sea una escuela u otro tipo de infraestructura, son muchos los vecinos que consideran que la antigua casa del benefactor Agustín Romero debe ser para el uso de la parroquia y que sería esta la única forma de rendir homenaje a su figura.
 

Agustín Romero regresó de forma definitiva a su casa en 1917 y, durante los doce años que vivió en Cornazo promovió la puesta en marcha de una red de caminos vecinales, una escuela parroquial para cien alumnos y un traída de agua desde el monte Lobeira. Además, amplió el cementerio con un nuevo cierre e impulsó la construcción de un parque para las fiestas.
 

La colocación del cartel reivindicativo tuvo lugar durante los actos de conmemoración de los cien años de la construcción del templo, a la que acudió el Arcebispo de Santiago.